River acaba de vivir una auténtica pesadilla. Una noche negra en la cancha de Independiente. Uno de esos partidos que quedarán marcados para siempre en la memoria de los hinchas Millonarios como un trago amargo realmente implacable.
Es que los de Marcelo Gallardo arribaron a las semifinales de la presente edición de la Copa Libertadores de América con la ilusión de volver a disputar la gran final del certamen continental. Y así salió al campo de juego de Avellaneda.
En los primeros 25 minutos, River pasó por arriba a Palmeiras, dominándolo por completo. Sin embargo, el Millonario no tuvo efectividad y lo terminó pagando caro: un blooper de Franco Armani facilitó la apertura del marcador por parte del Verdao, que no había hecho nada hasta allí.
Y lo que vino después es historia conocida: llegó el segundo tras un error grosero de Robert Rojas y River terminó de descontrolarse. Jorge Carrascal vio la roja de manera infantil e inmediatamente el visitante puso el 3-0 que luego sería definitivo.
De esta manera, la serie quedó muy cuesta arriba para River. Tanto que la remontada se presenta como una suerte de utopía. Es que, como mínimo, los de Núñez tienen que hacer tres goles en Brasil y no recibir ninguno. Un panorama complicado.
Pero no todo está perdido. Si hay un motivo para conservar un atisbo de esperanza es la presencia de Gallardo en el banco de suplentes. Un entrenador que sabe de proezas y de dar vuelta situaciones adversas en la Copa Libertadores.
En cuanto a los antecedentes a los que River debe aferrarse para seguir soñando con revertir la historia, el primero que viene a la mente es el de la serie contra Cruzeiro. 0-1 en el Monumental y 3-0 en Belo Horizonte para meterse en las semifinales de la Copa Libertadores 2015 que luego ganaría.
El siguiente es un tanto más reciente, más precisamente por los cuartos de final de la Copa Libertadores 2017. El Millonario cayó 3-0 en Bolivia contra Jorge Wilstermann y luego se despachó con un histórico 8-0 como local para seguir adelante en el torneo.
¿Hay más? Claro. El más cercano tuvo lugar en la recordada Copa Libertadores 2018. Allí, por las semifinales, River perdió 1-0 como local de Gremio y luego viajó a Brasil para imponerse por 2-1 tras arrancar perdiendo y meterse así en la final más histórica de todas.
Es difícil. Es muy difícil. Pero no es imposible. River tendrá que jugar el próximo martes con todas las de perder ante un equipo que sacó una diferencia muy importante. Pero lo último que se debe hacer es dar todo por perdido. Todavía queda un episodio. Y soñar no cuesta nada.