River dominó con claridad el primer tiempo y allí hizo la diferencia, aunque realizó un mal complemento y, de a ratos, sufrió. La Banda sigue adelante en la Copa Argentina.
Cuando un equipo de Primera se enfrenta con uno de la D, tiene poco para ganar y mucho para perder. Es necesario que el conjunto de mayor jerarquía imponga la diferencia desde un principio, como hizo River en Salta contra Atlas, para que no hubiera imprevistos.
A los cinco minutos, Lucas Alario tuvo la primera de peligro al conectar un gran centro del Pity Martínez. Pero el cabezazo del goleador fue directo a las manos del arquero de Atlas.
Pero el gol llegó antes del cuarto de hora, con una buena jugada colectiva que encontró al Pity de costado al arco. El 10 se acomodó y, de derecha, la clavó al ángulo para poner el 1 a 0 en Salta.
A partir de allí, Atlas intentó adelantarse, pero el primer tiempo fue un monólogo riverplatense. Los de Marcelo Gallardo lograron ampliar la ventaja minutos antes del descanso con un muy buen cabezazo de Nacho Fernández luego de una gran pared entre Enzo Pérez y Jorge Moreira.
Se esperaba un complemento que fuera un monólogo de River, pero se dio todo lo contrario: el Millonario salió dormido y Atlas tuvo tres jugadas clarísimas -dos de ellas, de pelota parada- para descontar en el marcador.
Las propias falencias del conjunto de la Primera D le impidieron acercarse en el resultado, por lo que River mantuvo cierta tranquilidad durante la segunda mitad, que realmente fue para el olvido.
Para el final quedó el penal y el segundo gol del Pity, que transformó el triunfo en goleada. Una goleada que sirve, pero que no tapa los errores mostrados. River aún tiene mucho por mejorar. Pero siempre es mejor hacerlo con una victoria a cuestas.
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