El 10 de marzo de 2002 River fue a la Bombonera y consiguió un categórico triunfo por 3 a 0 con baile incluido. Fue la tarde en la que Ricardo Rojas pasó a la historia con su inolvidable “vaselina”.
Por la sexta fecha del Clausura 2002, el conjunto de Ramón Díaz llegaba a la cancha de Boca puntero con 13 puntos en 5 partidos. El Pelado contaba con uno de los mejores planteles de los últimos años y salió a jugar con estos 11: Ángel David Comizzo; Ariel Garcé, Celso Ayala, Ricardo Rojas, Víctor Zapata; Eduardo Coudet, Cristian Ledesma, Esteban Cambiasso, Andrés D’Alessandro; Ariel Ortega y Fernando Cavenaghi. ¿La consigna? Romper con una racha de casi 8 años sin ganar en territorio xeneize.
Fiel al estilo de Ramón, River salió a ganar el partido desde el minuto 0 e inquietó el arco de Abbondanzieri desde el arranque. La apertura del marcador llegó a los 27 minutos de la mano del Cuchu Cambiasso. Boca tuvo el empate en los pies de Guillermo Barros Schelotto pero Ángel David Comizzo se lo negó y antes del final del primer tiempo la Banda volvió a pegar fuerte: en un gran contraataque, el Burrito manejó los tiempos, Cavegol creó el espacio en el área y Eduardo Coudet, a la carrera, estampó el 2 a 0 con un derechazo cruzado para gritarlo con toda la gente que había colmado las dos bandejas superiores.
River se consagró campeón del Clausura 2002 seis puntos por encima de Gimnasia
En el complemento Boca empujó y estuvo cerca del descuento, aunque la más clara la tuvo Fernando Cavenaghi con una definición que se estrelló en el palo. Con el correr de los minutos River se afianzó y comenzó a saborerar un triunfo al que todavía le faltaba lo mejor.
Con el 3 a 0 River cortó una racha de 8 años sin ganar en la Bombonera
Faltaban 2 minutos y en la Bombonera caía una lluvia torrencial. Ricardo Rojas recuperó una pelota por el sector izquierda de la defensa, aguantó la marca de Ariel Carreño y tocó con D’Alessandro. El Cabezón descargó con el Burrito y el 10, de primera, encontró nuevamente al misionero, que había seguido con su carrera. Rojas hizo pasar de largo a Clemente Rodríguez, levantó la cabeza y con Abbondanzieri adelantado dibujó una emboquillada que quedará grabada para siempre en la retina de los hinchas millonarios. Golazo inolvidable, derecho a la historia de los Superclásicos.
+ LAS POSIBLES FORMACIONES: Un partido ideal para allanar el camino en la Copa
+ LA CAMPAÃ’A PARA QUE BAROVERO SIGA EN RIVER:#NoTeVayasTrapito
+ ANDRÉS D’ALESSANDRO: “Barovero es uno de los arqueros más importantes del club”