Marcelo Barovero llegó a River para pararse bajo los tres palos en un momento caliente, donde las exigencias de la historia del club no iban de la mano con el contexto institucional. En silencio y con perfil bajo, pero con una enorme personalidad, Trapito se convirtió en uno de los mejores arqueros históricos del Más Grande. Sin embargo, el momento más importante de su carrera no fue en Núñez.

Retirado, a sus 41 años abrió su propia escuela de arqueros para personas de todas las edades, desde pequeños hasta adultos que quieran entrenar y perfeccionarse en el puesto. Hizo el curso de director técnico, pero hoy no piensa en dirigir.

Fiel a su estilo, sus pocas apariciones en cámara hacen que los recuerdos de sus atajadas persistan sigan vigentes más que cualquier cosa que pueda decir en la actualidad. En ese marco, Barovero sorprendió a todos al elegir el momento más importante de su carrera y confesar que no fue vistiendo el Manto Sagrado.

“Por repercusión, el penal atajado a Gigliotti me marcó. Pero el año más importante fue el que atajé en Huracán”, sentenció Trapito, en diálogo con el programa de streaming Pelotazo. Y argumentó: “Fue mi primer año en Primera División, venía de jugar de buena manera en Rafaela tres años pero Nacional B, e hice un salto clave. Estar peleando el descenso y que pongan a un arquero de 22, 23 años en otro tipo campeonato, donde de 20, cuatro pelean el descenso…”. “Ese campeonato en Huracán fue el punto clave en mi carrera”, firmó.

El momento sublime en el que Cavenaghi y Barovero levantan la Copa en el 2015.

Barovero, sobre el penal a Gigliotti, la noche del gas pimienta y la Copa Libertadores 2015

El arquero ya tenía años en el lomo con la camiseta de River, y había sabido ser importante en muchos partidos. Sin embargo, no hay dudas que el punto de inflexión en su historia en el Millonario fue el penal que le atajó a Emmanuel Gigliotti, en las semifinales de la Copa Sudamericana 2014. Primera serie mano a mano de las cinco que el equipo de Gallardo le ganó a Boca, para luego concretar la primera consagración del ciclo MG.

“Lo había estudiado, como a varios jugadores, porque una de las posibilidades era que vayamos a penales. Jamás imaginé que nos iban a cobrar un penal antes del minuto”, recordó. Barovero admitió que esa acción lo “terminó marcando en lo personal” y explicó el gesto que hizo apenas desvió el remate de Gigliotti: “Fue natural, se estudió y salió”. “Escuché muchas historias de ese momento y sé que ha marcado a muchos hinchas, como jugadores siempre queremos dejarles eso, que se sientan identificados y darles alegrías”, completó.

Barovero habló sobre el penal atajado a Gigliotti y su gesto posterior.

Por otro lado, Trapito ponderó la obtención de la Libertadores 2015: “A nivel equipo es lo más importante, no hay título más importante acá en Sudamérica y lograrlo de la forma en que lo logramos es único, siempre va a ser especial, inolvidable”. Antes de llegar a la consagración, River eliminó a Boca en octavos de final, serie en la que sucedió uno de los mayores bochornos en la historia del fútbol argentino: el ataque con gas pimienta a los futbolistas del Millonario antes del segundo tiempo.

En el momento se vivió con mucha incertidumbre porque no sabíamos lo que pasaba. Después se supo que era gas pimienta y qué era eso, pero en el túnel, a oscuras, los gritos, no saber qué te tiraron…”, relató Barovero. “Yo jugué muchísimos años en canchas hostiles, con recibimientos feos, llegadas a la cancha que te rompen el vidrio y en el arco te tiran cosas, pero esto pasó los límites, era el miedo de no saber hasta dónde puede llegar”, continuó. Trapito no dudó: “Fue la noche más triste que me tocó vivir adentro de una cancha”.