El año de River terminó hace unos días y no de la mejor manera. La derrota con Racing en la última fecha de la Liga Profesional graficó el irregular 2024 que transitó el Millonario, con un solo título en marzo (Supercopa Argentina). En el medio, Martín Demichelis dejó el cargo de director técnico y se produjo el regreso de Marcelo Gallardo, que condujo al equipo hasta semifinales de Copa Libertadores.
Sin embargo, el reproche y enojo del hincha millonario ha recaído en varios jugadores. Algunos apellidos que aterrizaron en River durante el 2024, tanto en el mercado de pases de verano como el de invierno, no estuvieron a la altura y algunos quedaron en la cuerda floja de cara al año entrante.
Los futbolistas de River que no estuvieron a la altura en el año
La defensa
Leandro González Pirez: el central, con 40 partidos, fue el segundo zaguero con más partidos en el año detrás de Paulo Díaz. Bajo el mandato de Demichelis, el ex Inter Miami fue titular y con el arribo de Gallardo alternó titularidad y suplencia. Si bien tuvo mucho rodaje, nunca pudo afianzarse al 100% en la defensa y no logró convencer al hincha riverplatense con sus actuaciones, quedando marcado en partidos específicos como la eliminación ante Temperley en Copa Argentina.
Federico Gattoni: jugó poco y quedó en la foto de casi todos los goles que le hicieron al equipo mientras estuvo en cancha. A préstamo desde Sevilla y con un opción de compra de 3 millones, el ex San Lorenzo no logró demostrar su experiencia europea y con apenas seis partidos disputados seguramente se despida de Nuñez en breve.
Paulo Díaz: el chileno, que desde la temporada 2019/20 se encuentra en Núñez, sigue en el ojo de la tormenta. Nadie duda de sus cualidades defensiva, incluso se ha vestido de bombero en momentos tortuosos del equipo, pero varios errores específicos en la zona defensiva (en partidos importantes) hicieron que el grueso de la gente le baje el pulgar.
Agustín Sant’Anna: las ganas y el ímpetu que puso el uruguayo para llegar a River desde Defensa y Justicia ilusionaron a todos. Esa euforia nunca pudo trasladarse al campo de juego, primero por el error que tuvo en el Superclásico en el Monumental (endeble en la marca del 1-1 de Medina) y luego por las lesiones que no le dieron regularidad. Desde el retorno del Muñeco, Sant’Anna todavía no jugó y fue convocado pocas veces.
El mediocampo
Matías Kranevitter: el tema del volante central en River durante el 2024 fue incómodo. El cierre del año lo encontró a Rodrigo Villagra como el titular “indiscutido”, aunque en gran parte del año tanto Demichelis como Gallardo fueron rotando de nombres. En esa ola de apellidos, Kranevitter, que disputó 26 partidos, no pudo ser un pilar defensivo, demostró inseguridad en algunos pasajes, no se ganó el puesto y sus últimos minutos fueron en octubre.
Ignacio Fernández: con 43 partidos en el año, Nacho fue bastante regular en sus presencias pero no en sus actuaciones. Primero con Demichelis y luego con Gallardo, aunque en el cierre ha quedado más relegado. Otro apellido de los que ya no está para un rol protagónico ni tampoco para la intensidad que demanda River, aunque nadie olvida lo que hizo con el club años atrás.
Nicolás Fonseca: fue una apuesta para la zona del mediocampo que hasta el momento salió pésimo. Demichelis llegó a afirmar que el uruguayo “iba a ser su cinco titular“. Con 28 partidos disputados, nunca pudo estar a la altura de la camiseta que representa y desde que Gallardo asumió la conducción tan solo jugó cinco partidos. Todo indica que en el 2025 seguirá su carrera en otro lado.
La delantera
Manuel Lanzini: en partidos donde River tuvo que demostrar personalidad, Lanzini dijo presente, pero fue a contagotas. Tuvo una gran actuación ante Boca en la Bombonera y un buen partido en la victoria frente a Estudiantes en la Plata. Y ahí quedó todo. El hincha de River se quedó con las ganas de ver esos chispazos de forma más frecuente. Su contrato con el club finaliza el 31/12 y todavía sigue en veremos.
Adam Bareiro: el rendimiento no acompañó y mucho menos las estadísticas. Sin goles en 16 partidos, Bareiro, que venía de ser un gran goleador en San Lorenzo, no pudo asentarse en la ofensiva del Millonario. Nunca pudo ser una opción de recambio confiable y es señalado (con razón) por la gente. La dirigencia pagó tres millones y medio de dólares por su pase.