Ganó River en su debut por el campeonato argentino y se celebra. Fue 3 a 1 ante un rival que viene de ser campeón hace un par de semanas y que goza del respeto de todo el mundo futbolístico quien reconoce su flamante conquista y su habitual esfuerzo físico. Menciono esto porqué a la hora de bajarle el precio a una victoria millonaria enseguida aparecen un monton de voluntarios. Son los mismos que en la previa exigían el pasillo para recibir y reconocer a Platense pero que luego del partido, ya con el resultado consumado, parecen haberse olvidado de esa condición de equipo campeón al afirmar que River no le ganó a nadie.

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Más allá de de todo esto (que quedará en aquellos que parecen sufrir mucho cada victoria de River) lo más importante para decir es que se inició un torneo en el cual no se puede fallar, con el pie derecho. Es que el equipo llegaba a este arranque despues de un semestre irregular, con un Mundial de Clubes reciente que no colmó las expectativas y con una sensación de renovación que se imponía desde hace un largo tiempo. Se busca armar y tener un equipo nuevo. Cambiar las energías para construir un River distinto, que pueda aspirar seriamente a quedarse con algun título en este segundo semestre del 2025. Para eso hubo una decisión interna de prescindir de algunos futbolistas gastados, de conversar con otros para explicarles que están ante su última gran oportunidad y de recurrir a jóvenes que puedan refrescar la imagen de lo que parecía un equipo viejo. El reinventar a River es una materia que Marcelo Gallardo aprobó varias veces durante su primera etapa en el club. Ahora deberá volver hacerlo para dejar atrás un año calendario entero de su segundo mandato sin resultados ni rendimientos acordes a lo que un DT de su prestigio debe conseguir. En eso está trabajando. Y algo ya se pudo ver en este debut con victoria incluida. Se notaron algunos síntomas que pueden despertar una ilusión, aún dentro de un contexto de partido sin demasiado brillo en lo futbolístico.

Gallardo se llevó buenas conclusiones del primer partido de River.

Las cosas positivas que dejó el triunfo vs. Platense

River se quedó con los tres puntos en la primera fecha porque fue contundente. Tuvo momentos colectivos positivos y apariciones individuales destacadas. Facundo Colidio se inventó un gol de la nada. Maxi Salas debutó en con esta pesada camiseta sin inhibirse y mostrando el repertorio de todas sus virtudes con gol incluido. Miguel Borja entró y anotó un tanto clave para liquidar el encuentro y permitirle ampliar esas destacadas estadísticas goleadoras que lo defienden ante tantas críticas y murmullos. River tuvo gol y eso es una buena noticia. Quizás la única de la noche, porque el equipo no hizo un gran partido, volvió a mostrar ciertas dificultades en la mitad de cancha para recuperar la pelota y para ser creativo cuando la tiene. Siguen apareciendo errores defensivos que River paga con goles. Y se mantienen algunos rendimientos individuales bajos de jugadores de los que se espera mucho mas.

Los pibes

Aparecieron los pibes y ojalá haya sido por convicción y no por necesidad. A todos nos gusta ver a los chicos del club mezclarse con los jugadores profesionales habituales en busca de algo diferente. A River históricamente lo salvaron los pibes de inferiores. En la primera fecha fue el turno de Santiago Lencina, Ian Subiabre y Juan Cruz Meza. A los tres hay que respaldarlos y cuidarlos. Da la sensación que aún les falta y que necesitan un poco mas de tiempo para convertirse en esos futbolistas que rompan el molde. Es lógico. Son jóvenes y apenas llevan minutos en Primera División. Será importante su proceso de adaptación, maduración y que encuentren esa confianza para sostenerse aún en partidos flojos. Si Gallardo los mandó a la cancha es porque entiende, desde su conocimiento, que ellos son los pibes que ya están listos y que necesita para renovar al equipo. De ser asi deberá darle continuidad, hacerlos jugar seguido y no ponerlos cada tanto.

A ese nuevo River que todos pretendemos y soñamos le faltan los refuerzos. Se sumará esta semana nuevamente Juan Fernando Quintero. Será el tercer ciclo del colombiano con esta camiseta y se lo espera como el indicado para darle esa cuota de fútbol y creatividad que a este equipo le falta. Festejo fuertemente el regreso de Juanfer aunque algunos me tilden de nostálgico. No me importa. Estoy convencido que las características de Quintero no las tiene ningun otro futbolista de este plantel. Con él se ganará en pelota parada, asistencias, panorama, pases filtrados hacia adelante y conducción. No será la única cara nueva. Se avanza a paso lento pero firme por los jugadores de Talleres, Juan Portillo y Matías Galarza Fonda. Aún cuando Andrés Fassi cambia todos los días las condiciones de la operación, en River confian poder cerrar estas dos incorporaciones pedidas por Gallardo para reforzar la defensa y la mitad de cancha. El mercado de pases será largo. Alguno todavia puede recibir una oferta del exterior e irse y ahi habrá que salir a buscar reemplazo. Mientras tanto ya debutó Salas y lo hizo muy bien. Existe sobre el ex delantero de la Academia un deseo externo fuerte de que le vaya mal. Se lo ha juzgado desde diferentes sectores con mucha dureza e hipocresía. Hay un enojo poco común ante un futbolista que decidió crecer y dar un paso importante para su carrera deportiva y su vida económica dentro de un marco legal y transparente. Su primer partido despertó aplausos, su gol genera expectativa y su personalidad y carácter nos hace imaginar que no necesitará un periodo de adaptación muy prolongado.

River inició un camino en el que no puede tropezar. Van 2 años sin grandes alegrías ni objetivos importantes cumplidos. Es mucho tiempo en el que nos acostumbramos a entender derrotas. A valorar el vaso medio lleno. A tener que soñar bajito. No hay victorias resonantes desde julio del 2023 hasta hoy. En cambio si hubo muchas decepciones difíciles de asimilar para la grandeza que representa River. No hay que naturalizar mas las derrotas aun sabiendo que en el fútbol se pierde mas de lo que se gana. El tema es que aquí se perdió mucho, se ganó poco y a veces quedó la sensación de no estar a la altura de ciertos partidos como por ejemplo Atletico Mineiro en la última Copa Libertadores o del Mundial de Clubes que se disputó recientemente en Estados Unidos. Hoy nos falta volver a creer en grande. La imagen que muchas veces entregaron estos jugadores impidió que podamos ser ambiciosos. Cuesta sentirnos favoritos en la vigente Copa Libertadores y hasta nos genera una preocupación desmedida pensar que podemos cruzarnos con Palmeiras en un posible choque de 4tos de Final. No es normal eso en este club. Siempre se ha ganado y perdido pero nunca se tuvo un complejo de inferioridad tan marcado. Aqui nos entusiasmamos con poder conseguir esas victorias epicas que se recuerdan durante años y a las que lamentablemente nos hemos desacostumbrado. Por eso la necesidad de cambiar la energía. De renovar los ánimos. De meter un sacudon interno que despierte al gigante dormido y eso se traslade a las tribunas. River es un club enorme y debe tener objetivos deportivos acordes a esa grandeza. Hay que ser campeón si o si. De no ser posible en el ámbito internacional, deberá ser en el plano local con este torneo que ayer comenzó y la Copa Argentina. Es momento de reaccionar, de recuperar la memoria y volver a ser el club ganador que siempre fuimos.