Volvimos a vivir una de esas noches fantásticas que nos permiten sentirnos orgullosos y convencidos que nuestra mejor elección en toda la vida fue hacernos hinchas de este club maravilloso. No tengo dudas que ayer todos nosotros nos fuimos a dormir contentos y que hoy nos despertamos con una enorme sonrisa en el rostro. Asú fuimos a al trabajo, al colegio o al lugar que sea con una mueca de alegría indisimulable. Es que esto es lo que somos. Amantes de un equipo que enaltece a este deporte. Que lo juega con grandeza. Que lo representa con una idea y una escuela de esas que no se encuentran ninguna similar en Argentina. Ojala algún dia aquellos que no tienen nuestro privilegio, empiecen a entender que no alcanza solo con ganar y nada mas. Que en este deporte además existe una sana virtud que es jugarlo bien. Y si es posible, pretendemos traducir ese buen juego en mucho goles. Ganar, gustar y golear. Nos fascina eso. Nos enamoran esas tres palabras juntas. Y anoche disfrutamos de un show futbolístico internacional que solo River Plate es capaz de dar.
“Extasiar” significa hacer que las personas experimenten un estado de embeleso, donde se sienten cautivados o pasmados por una sensación intensa. Es como si una persona estuviera tan absorta en algo, que queda fuera de sí misma. Así parecía estar el hincha de River tras el 6 a 2 frente a Independiente del Valle. En éxtasis. Cantaba, saltaba, festejaba y se abrazaba con cualquiera. Andaban llenos de fútbol. Completos por ver a un equipo que los representa. Un equipo voraz que siempre quiere más. Que hizo 3 goles en el primer tiempo y otros 3 en la segunda mitad. Que si el partido duraba un rato más seguro hacía otro. Que buscó eso desde el minuto 1 al minuto 90. Fue un equipo lleno de ganas y convicciones. Que fue a triturar a su rival sabiendo que desde hace un tiempo pudo recuperar su poder de fuego. Que quería ganar con autoridad para clasificar a los Octavos de Final pero también para demostrarle a todo el continente que River está vivo y con hambre de Copa. Ese es el mensaje que recibieron todos los clubes que disputan este torneo. El River de Gallardo es peligroso, se despertó y ahora va en busca de una nueva Libertadores.
Algo de magía tiene este River
El DT aclaró que no fue magia pero todo este presente algo de mágico tiene. Es un resurgir inmenso. Un momento tan positivo que no parecía factible que sea realidad apenas 45 días atras. El cambio fue muy abrupto. El andar del equipo era confuso y generaba dudas. El contexto de ese pasado reciente en nada se parece a esta actualidad maravillosa. Todo está bien y en armonía. Y lo decimos bajito para que nada modifique esta situación que deseamos y pretendemos se mantenga durante mucho tiempo. Repasemos la magia. La gente está contenta. El equipo gana y funciona. Se pelea con posibilidades tanto el Campeonato como la Libertadores. La mente futbolística de Gallardo sigue pensando en favor de River y eso nos da ventaja sobre el resto. Hacen goles los defensores, los volantes y los delanteros. Apareció un pibe que rompió el molde y tiene destino de estrella mundial. El plantel está fuerte y convencido. La dirigencia también anda en esa sintonía. Acá no hay grietas entre los hinchas como pasa en otros clubes. El Monumental con sus 90 mil almas es todo aliento. Se apagaron los silbidos y se encendieron los aplausos. Nacho Fernández juega como en el 18/19. Enzo Perez sostiene con argumentos su idolatria. Kevin Castaño parece vestir hace 10 años nuestra camiseta, Seba Driussi hace goles todos los partidos. Miguel Borja entra y ademas de convertir, tambien asiste. Hasta el cuestionado Manuel Lanzini saca de la galera un golazo extraordinario como para hacer explotar las tribunas y cerrar el estadio. Un Monumental, que de paso tambien decimos, esta cada día mas hermoso e impactante. Esa es nuestra verdad. Hoy parece estar todo bien y lo volvemos a decir bajito para que nada se altere. Es que como dice la canción de Callejeros, en River desde hace un tiempo esta todo tan perfecto que asusta.
A mejorar la defensa
Por supuesto que hay cosas por mejorar. Eso no entra en discusión. En el fútbol siempre hay aspectos en los cuales se debe trabajar mucho para poder seguir creciendo. Por ejemplo: en los últimos 3 partidos de Libertadores recibimos 6 goles en contra. Es mucho y esta claro que para poder tener éxito en este tipo de competencia es clave mantener el arco en cero y no ser tan vulnerable. Lo sufrimos con Mineiro el año pasado en Belo Horizonte donde una mala noche defensiva te puede dejar afuera de la Copa. Es real y seguramente el DT ya estará atento a este detalle, pero también tengamos en cuenta que a la defensa de anoche le faltaron Gonzalo Montiel, Paulo Díaz, Marcos Acuña y la presencia de Enzo Perez en el medio. Es un defecto si. Tiene solución posible también. Es probable que también haya quedado la sensación de que por ahora Castaño no puede jugar solo de 5. Tiende a desordenarse tactica y posicionalmente por su estilo y características. Esto también puede sumar cierto desajuste al bloque defensivo. Todo visible y fácil de solucionar con el trabajo necesario, el tiempo adecuado y los interpretes indicados.
Por eso hoy disfrutemos. Vamos a quedarnos con esa imagen de equipo agresivo, dominador y goleador que vimos ante los ecuatorianos pero que también venimos viendo ante Gimnasia, Boca, Velez y Barracas. Valoremos este crecimiento constante del equipo y esa sensación de estar por el camino correcto. No vamos a subirnos a un triunfalismo oportunista porque tampoco en su momento decidimos subirnos a un derrotismo absurdo. No se pretende engañar a nadie ni tampoco modificar pensamientos u opiniones. Cada uno es libre de expresar lo que quiera. Solo intentemos valorar lo bueno. Potenciarlo y disfrutarlo. River parece ser un equipo de costumbres. Se acostumbró en este presente a ganar siempre. A jugar bien todos sus partidos. A mostrar su poderio ofensivo y golear seguido. Se acostumbró a tener un crack como el pibe Mastantuono, al fútbol de Nacho, a la presencia y liderazgo de Enzo y a los goles de Driussi. Se acostumbró a transitar una dinámica positiva. En definitiva podemos afirmar que en el último tiempo River se acostumbró a ser feliz. Y no es poca cosa…
