El 25 de diciembre de 2009, Diego Buonanotte celebró la navidad con sus seres queridos y tras el brindis fue con sus amigos de la infancia a un pub de Ferré, localidad de donde es oriunda Jenny Scropanich, con quien recién iniciaba una relación y quien hoy es la madre de sus cuatro hijos. En las primeras horas del otro día, los medios ya daban cuenta de la tragedia: en el camino de regreso a Teodolina, su pueblo natal, a la altura de Arribeños, el ex jugador de River perdió el control del auto que conducía, chocó contra un árbol y sus tres amigos murieron siendo él el único sobreviviente. De aquella madrugada se cumplieron hoy 15 años.
Buonanotte venía de vivir un 2008 soñado, siendo el mejor jugador del River campeón del Clausura de ese año y a nivel persona iniciando la relación con la que luego sería su esposa y quien jamás se alejó de él luego del fatal accidente.
Diego Buonanotte, en su época en River (Foto: Getty).
“Yo no había ido nunca al pueblo de mi mujer. Me acuerdo que esa noche fui siguiendo a un amigo mío que iba en un coche, adelante, y cuando regresamos me acuerdo que llovía muchísimo, me acuerdo de las gotas… cómo caían en el parabrisas y era impresionante el ruido que hacían, hasta que llegué a un lugar donde no conocía, pero cuando llegué ahí pensé ‘ya lo peor pasó’, porque lo que quedaba de ruta era el tramo que yo sí conocía porque era el que siempre agarraba cuando volvía de Buenos Aires a mi pueblo. Recuerdo pensar eso, llegar a la rotonda y decir ‘el tramo más duro lo pasé’. Lo que vino minutos después fue el accidente, pero yo no me acuerdo, mucho no pregunto y mis amigos, los que venían atrás nuestro y vieron todo, tampoco me quieren contar demasiado”, dijo el jugador que entonces tenía 21 años.
De aquella noche trágica, Buonanotte, hoy de 36 años, solo tiene muy presente la lluvia. “Vi cuando empezó a llover cada vez más fuerte y dije ‘vámonos porque ya es muy tarde y está lloviendo’. Lo que siempre pienso es ‘¿y si yo a lo mejor decía, quedémonos?‘…”
Efectivamente, la lluvia que cayó la madrugada del 26 de diciembre de 2009 en aquel tramo de la ruta fue impresionante. Diego Buonanotte conducía un auto Peugeot 307 propiedad de Mario Buonanotte, su papá, cuando perdió el control de la conducción al pisar un espejo de agua. Allí se salió de la ruta, rozó el tronco de un árbol y luego dio de lleno contra otro. El entonces jugador de River fue el único que salió despedido del vehículo, mientras que los tres amigos que iban con él murieron: Alexis Fulcheri (21), Emanuel Melo (21) y Gerardo Suñé (24).
Otros tres amigos, Mauro Echevarne, Andrés Gutiérrez y Guillermo Ciliberti, iban detrás de ellos, en otro vehículo, y fueron testigos del accidente.
Así quedó el auto que conducía Diego Buonanotte la noche del accidente fatal.
“¿Por qué a ellos y no a mí?”
“A Marcelo Roffé (psicólogo) le pregunto por qué ellos y no yo, especialmente mi amigo de la vida, que él se merecía todo. La felicidad más grande del mundo era para él, que ahora está allá arriba y yo acá”, confesó Buonanotte sobre Alexis Fulcheri, su hermano del alma.
Diego Buonanotte (derecha) y Alexis Fulcheri (izquierda), eran amigos de la infancia.
Diego, Alexis y Emanuel se conocían desde la infancia. Habían coincidido en el jardín de infantes República de Venezuela, de Teodelina, y desde allí se volvieron inseparables. Tras la muerte de ambos, que cuando ocurrió el accidente habían regresado de unas vacaciones en Brasil apenas dos días atrás, Buonanotte se tatuó sus nombres: “Ale” y “Ema”. Los lleva escritos en su antebrazo izquierdo. “No sé, es una forma de tenerlos más presentes en el día a día”, dijo.
Diego Buonanotte lleva tatuados los nombres de dos de sus amigos fallecidos en un accidente.
“Desde ese momento mi vida cambió, mi cabeza y mi forma de actuar cambiaron; en todo lo que haga siempre va a estar presente esa noche, ese momento y bueno… es lo que me tocó. Ahora llevo la vida como puedo”, reconoció el futbolista que recientemente se despidió de su último club, el O’Higgins de Chile, y hoy evalúa opciones entre el país trasandino y Perú, de donde también lo quieren.
La pregunta que aún se hace Diego Buonanotte: “¿Por qué pasó?
“Hoy vivo y le doy para adelante, pero es difícil, lo hago para que mis hijos me vean fuerte, aunque hay días que me dan ganas de quedarme todo el día en la cama. Cuando estoy bajoneado pienso más en lo que pasó y empiezo a preguntarme por qué pasó. Hay días que llego y no hablo con mi mujer, pero ella me respeta, entiende todo, es la número uno en todo este proceso. Yo pienso todos los días en la felicidad de mis hijos y no en la mía porque yo sé que feliz como antes no voy a ser”.
Del pedido de juicio oral por triple homicidio culposo a sobreseído
Diego Buonanotte pasó 12 días internado tras el accidente en el que sufrió la fractura del húmero y una lesión pulmonar. Cuando salió de la clínica, se le informó la imputación por triple homicidio culposo luego de la investigación que llevó a cabo el fiscal de Junín Carlos Colimedaglia. El ex jugador de River fue sobreseído en primera instancia y luego en Cámara, al considerarse que no había actuado “con imprudencia o negligencia”. La sentencia quedó firme en 2020 mediante un fallo firmado por la Sala I de la Cámara de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires.
La tapa del diario Olé, el día después de la tragedia de Diego Buonanotte.
Tras la tragedia, los hijos
La noche de la fatalidad, Diego Buonanotte venía de ver a Jenny Scropanich, entonces una joven estudiante de medicina, hija de un pudiente productor agropecuario de la zona de Junín. Enterada de la tragedia, la chica se mantuvo más cerca que nunca del futbolista, de quien luego se transformó en novia, esposa y madre de sus cuatro hijos. “A veces me dicen ‘y.. pero hoy vos estás acá, tenés a tus hijos’, y yo les digo ‘sí… hoy me quitaste algo, pero me diste por otro lado’, está bien, son contradicciones que tengo, sentimientos raros…”
Diego Buonanotte con su mujer y sus cuatro hijos, la última navidad.
¿De futbolista a DT?
River, Málaga, Granada, Pachuca, Quilmes, AEK Atenas, Universidad Católica (donde se volvió ídolo), Sporting Cristal, Unión La Calera, O’Higgins. Diego Buonanotte se mantiene vigente después de 18 años dedicados al fútbol que le enseñó a jugar su papá, Mario, a quien perdió en 2018. Hoy busca club para, quien sabe, en poco tiempo ponerle fin a su carrera adentro de la cancha y continuarla afuera, pero bien cerquita, luego de haberse recibido en 2020 de director técnico. Hoy aún es tiempo de jugar, pese a que esta fecha le recuerda el peor de sus días.