Esperó largas e interminables horas. Gastó cada suela de sus zapatillas hasta el hartazgo, tuvo decenas y decenas de pensamientos en ese lapso sin fin. Pasó de la ilusión a la frustración. El sueño de ver a River en Villa Mercedes se hizo realidad, pero el autógrafo de Marcelo Gallardo parecía utópico para Andrés Ojeda, el hincha que unas horas antes de vencer por penales a Gimnasia y Esgrima (Mendoza) le contó a La Página Millonaria su entusiasmo por tener firmado un hermoso tatuaje de Marcelo Gallardo levantando la inolvidable Copa Libertadores ganada frente a Boca.

El histórico 16 de julio en el que River jugó por primera vez en tierras villamercedinas tuvo una mezcla de satisfacción y pena para Andrés porque se le hizo imposible conocer al Muñeco. "Ese día, cuando me entrevistaron, estuve esperando hasta las 19 horas porque anteriormente se había acercado un seguridad de River junto al periodista Gil Navarro y me dijo que esperara porque Gallardo estaba durmiendo la siesta. Esto fue alrededor de las 16 horas. Ese día me fui a la cancha, ya que se hacía tarde. Como era de esperarse la gente estaba enloquecida porque muchas familias que no habían tenido la posibilidad de ver a un equipo de Primera.", cuenta, feliz, a través de un mail.

"Ya terminado el partido, mi mujer me decía 'mañana anda que te va a firmar'. Yo, medio desganado y cansado, tuve esa pequeña pizca de decir 'no creo, si no me firmó ayer, es medio complicado', así que hasta el día de hoy le agradezco a mi mujer por tener el aguante y generarme buena onda. El día después del partido, a las 8.30 de la mañana, me fui al hotel. Era el único esperando porque ya sabía que River a las 10 tenía que tomar el avión. Los policías que controlaban el vallado me preguntaban si había tenido suerte y me alentaban", agrega Andrés.

Semejante paciencia tuvo su recompensa: "A las 9 sale el seguridad de River que me había visto el día anterior, yo a los gestos y con mi cartel hecho por mi señora: 'Muñeco, firmame el tatuaje'. Me ve el hombre de seguridad y me hace pasar. Mi corazón estaba a mil, pasamos al hall del hotel y el de seguridad me dice 'ayer te busqué tres veces' y le digo 'esperé hasta las 19 horas y me fui a la cancha porque si no, no entraba'. Esperé con lágrimas y mucha emoción. Caminaba, iba y venía. Cuando se abre el ascensor, Marcelo. Esperé que se acercara a una distancia prudente y le digo 'Marcelo, ¿me podés firmar la pierna?'. Me dice 'claro, qué bueno está, levantá más la pata, que no llego', entre risas".

 

"Me firmó la camiseta, dejé que los demás chicos firmaran su camiseta, y le digo '¿una foto?'. 'Claro que sí', me respondió, y me puso la mano en el pecho. 'Calmate, te va a hacer mal, estás muy nervioso, claro que sí nos vamos a sacar una foto', me dijo. 'No puedo ni respirar', le dije. Le di un beso y le agradecí. Él, con su gran gesto, me dijo 'muchas gracias a vos'. En ese momento no daba más, pensaba 'cumplí mi sueño, se me dio'. Apenas se fue River, llamé a mi tatuador y le dije que ya tenia la firma. Él esperaba mi llamado, no importaba la hora, entonces tipo 11.30 horas empezamos a inmortalizar mi sueño, lo que tanto esperé", relata Andrés. Y hace un reconocimiento: "Les agradezco a ustedes por la difusión que generaron, como también a mi mujer, mi principal pilar, mi familia y a mi mejor amigo, Pablo, que me hizo aguante afuera del hotel".