La suspensión del fútbol causará inevitablemente una alteración en la planificación futbolística y económica de River. Sin precisión acerca de cuándo volverá a jugar en el ámbito local (Copa Superliga y Copa Argentina) ni a nivel internacional (Libertadores), Marcelo Gallardo decidió que el plantel tuviera licencia por lo menos hasta fin de mes como medida preventiva contra el avance del coronavirus.

Mientras reparte su tiempo entre asuntos personales e ideas para seguir siendo protagonista de cada certamen con River, el Muñeco debe mirar hacia adelante y pensar qué posibilidades deberá afrontar a futuro. Desde un calendario que promete ser apretado cuando regrese la actividad hasta el desequilibrio que puede haber en materia de contratos.

Pese a que la medida inicial prevé dos semanas de parate, la realidad indica que el plazo puede extenderse otras dos semanas -en el mejor de los casos- y hasta un tiempo de mayor duración. Eso implica que Ignacio Scocco, Enrique Bologna y Germán Lux pueden llegar a tener el vencimiento de sus respectivos contratos (30 de junio) en plena competencia.

Al mismo tiempo, ocho jugadores cedidos a préstamo deberán volver una vez que comience julio, aunque ninguno sería tenido en cuenta. ¿Quiénes? Jorge Moreira (Portland Timbers), Luciano Lollo (Banfield), David Martínez (Defensa y Justicia), Joaquín Arzura (Huracán), Zacarías Morán Correa (Chacarita), Matías Moya (Banfield), Carlos Auzqui (Lanús) y Alan Marcel Picazzo (Villa Dálmine).

El mercado de pases también va en camino a ser muy diferente en materia de altas y bajas. Además de los vínculos con punto final y los futbolistas cuyos préstamos se terminan, puede haber una disminución de movimientos como parte de un efecto colateral según las consecuencias financieras que sufra Europa. Y eso, claro está, provoca coletazos en Sudamérica, acostumbrada a las transferencias de sus valores para el ingreso de dinero.

Por lo pronto, como la Conmebol decidió trasladar la Copa América a junio de 2021, el almanaque tendrá respiro para reacomodarse. Incluso, el organismo avisó que por lo menos hasta el 5 de mayo no habrá copas internacionales. El tema está sujeto al control del coronavirus. Lo propio sucede en Argentina: si bien la AFA dispuso la suspensión hasta el 31 de marzo inclusive, la realidad es que el panorama para abril no da indicios de un retorno inmediato

Con respecto a la parte estrictamente económica, River debe hacer equilibrio mientras tenga las instalaciones cerradas: sin actividad de ningún tipo en el club, dependerá de que los socios tengan la cuota al día porque hay obligaciones periódicas en materia de sueldos. Otro punto que no ayuda es la falta de recaudación por venta de entradas para la Copa Superliga. En ese aspecto la Libertadores no modifica la ecuación por la sanción de jugar sin público.