Minuto 121 del suplementario. El segundo tiempo extra tenía a River ganando el encuentro por 2 a 1 ante un Boca desesperado y yendo al ataque hasta con el arquero Esteban Andrada. Fue entonces cuando, en un córner para el eterno rival, Franco Armani despejó el peligro con los puños, Juanfer Quintero se llevó la pelota y le dio una gran asistencia al Pity Martínez.

¿Qué le quedó al mendocino? Correr frente al arco vacío, para marcar el 3-1 final que decretase la conquista de la Copa Libertadores ante ellos. En ese trayecto, la locura se desató automáticamente en el banco de suplentes del Más Grande. Todos se abrazaron y comenzaron a saltar de alegría.

River sabía que la victoria estaba a unos metros y que Martínez consumaría lo que finalmente fue un nuevo campeonato internacional para el Millo. Lo tenía presente la hinchada, y el banco de suplentes también.