Pasó mucho tiempo de aquel 24 de noviembre en el que la final frente a Boca no se jugó. Por inconsistencias e ineficiencia en el operativo policial, el micro del eterno rival sufrió agresiones injustificadas por parte de algunos pocos inadaptados y la historia ya es conocida por todo el mundo del fútbol.

Sin embargo, lo ocurrido hizo ruido en todos los ámbitos de Argentina, no sólo en el plano deportivo. Es por eso que el Ministerio de Transporte tomó cartas en el asunto e impulsó una medida que sentará un precedente: ahora, los autobuses (no sólo los de los planteles de fútbol, sino los de servicio habitual de transporte) estarán habilitados para llevar vidrios blindados con el fin de evitar disturbios.

"Esta condición exigida en los vidrios de las ventanillas es sumamente efectiva a los fines de la evacuación del ómnibus pero también lo hace vulnerable en el caso que el micro sea atacado con objetos contundentes, pudiendo incluso poner en riesgo al pasaje", manifestaron fuentes cercanas al Ministerio en diálogo con Clarín.

"Los vehículos deberán contar con cartelería, interior y exterior, que indique cómo opera el mecanismo de apertura de las ventanillas de seguridad y no deberán disponer de los martillos de seguridad reglamentarios", sentenciaron. De esta forma, y a fin de evitar lo que pasó en aquella oportunidad, ya se puso primera en cuanto a las medidas de seguridad de los vehículos se refiere.