Si River logró sostener el 1-0 ante Talleres por varios minutos fue en primer lugar por la ineficacia propia y en segundo por su arquero, Franco Armani, que se hizo enorme cada vez que el visitante llegó con peligro. Con dos atajadas sobresalientes, el Pulpo volvió a ser figura en el Estadio Monumental.
Sobre el cierre del primer tiempo, Ramón Sosa corrió al espacio con pelota dominada, remató de zurda, palo y pelota despejada al córner. Parecía que nadie la había tocado, pero el balón rozó en los guantes del Pulpo y por eso no fue el empate del conjunto cordobés.
Pero su mejor intervención estaba reservada para el segundo tiempo. A los 7 minutos, Rodrigo Garro sorprendió con un zurdazo desde afuera del área que Armani despejó de forma espectacular al córner con una mano y por encima del travesaño.