La Copa Libertadores atraviesa horas decisivas para el cierre de su edición correspondiente al año 2019. River y Flamengo están a la expectativa de la decisión que tome la Conmebol sobre la sede y el día del partido.
Sin embargo, sabiendo que el duelo crucial no se disputará en Santiago de Chile como consecuencia de los incesantes problemas sociales, existen varias alternativas. Una de ellas -a prori, la de mayores chances-, es Asunción.
La capital de Paraguay tiene al estadio de Cerro Porteño como lugar más preparado para albergar la final de la Libertadores. A tal punto es así que el próximo sábado, a las 17.30, deberá recibir la instancia decisiva de la Sudamericana entre Colón e Independiente del Valle.
Para River la chance de que la final se juegue en Asunción es una idea que no despierta ningún tipo de entusiasmo, sino lo contrario. “Hace mucho calor, eso le conviene a Flamengo”, le comentaron por lo bajo a La Página Millonaria desde las entrañas del estadio Monumental.
Si bien un partido tan crucial no se resuelve por las altas temperaturas, la realidad indica que el factor climático puede tener injerencia. Un ejemplo sirve como muestra clara: River sufrió seriamente en su visita a La Nueva Olla, donde logró empatar 1-1.
Pese al resultado favorable por el triunfo conseguido en Buenos Aires, los jugadores dirigidos por Marcelo Gallardo padecieron seriamente los efectos de la humedad en tierras guaraníes el jueves 29 de agosto. El calor merodeó los 30 grados, una temperatura inusual para la Argentina en época de invierno, aunque razonable en el país vecino. Imagínense a fines de noviembre…