Nahuel Gallardo tuvo la chance de sumar sus primeros minutos oficiales con la camiseta de Sarmiento de Junín. Lo hizo en un partido muy especial, en el que estaban en juego muchas cosas, entre ellas el aspecto emocional. Es que el Verde enfrentó en su estadio a Boca por la segunda jornada de la Copa de la Liga. Un partido que terminó en victoria para el local, que también tuvo dentro del campo de juego a Franco Paredes y Agustín Fontana, otros dos ex River.

El final del partido entre Sarmiento y Boca terminó con las pulsaciones bien en alto. Es que Darío Benedetto erró un penal sobre la hora y terminó el duelo con mucha bronca acumulada. Por su parte, Nahuel Gallardo ingresó en los minutos finales para ocupar un lugar en la mitad de la cancha y aguantar el resultado favorable para los de Junín. Claro que una vez que sonó el pitazo final, el hijo del ex entrenador de River fue el destinatario de una agresión totalmente impensada e injustificada.

Mientras las imágenes de TV se fueron con los festejos de Pablo Lavallén y sus colaboradores en el banco de suplentes, un furioso Darío Benedetto se acercó hasta Nahuel Gallardo y le arrojó un golpe por la esplada. De inmediato se armó un tumulto en el que se sumaron varios jugadores de los dos equipos. Algunos intentaron separar y sacar al hijo del Muñeco, que terminó recibiendo la tarjeta roja al igual que Lucas Blondel. El delantero de Boca no recibió ni siquiera un llamado de atención del juez Silvio Trucco, a pesar del acto cobarde de golpear por atrás.

Tras el encuentro, Nahuel Gallardo habló en ronda de prensa y aclaró lo sucedido: “Termina el partido, lo iba a saludar a Blondel de buena manera. Cuando venía el saludo, sigo caminando y empezamos cosas de la cancha que quedan de ahí adentro. Y Benedetto se metió de la nada y me vino a tirar una piña, no sé por qué, se ve que estaba caliente por el penal”, expresó el hijo del Muñeco.

“Silvio Trucco no había visto nada, pero empezó a repartir tarjetas”, reveló Nahuel. Y agregó: “Hasta que Benedetto se metió a hacer quilombo no había pasado nada. Salió en todos lados, yo ni me dí cuenta cuando me pegó. Después Silvio me vino a pedir disculpas porque vio que no hice nada. Con Benedetto no hablé nada, queda todo ahí”, concluyó el ex lateral izquierdo de River.