Pasado el mediodía del 8 de agosto del 2023, Manuel Lanzini y su ilusión enorme a cuestas volaron junto a su representante en un avión privado a la ciudad de Porto Alegre. River le había ganado con claridad pero con poca contundencia la ida de los octavos de final a Inter, y la expectativa de todos estaba puesta en el partido de vuelta que se jugaba ese día. Manu volvía al club de sus amores con la adrenalina intacta de jugar las instancias decisivas de la Libertadores, y allí estaba esa noche para apoyar a quienes serían sus futuros compañeros, mientras los más de 5000 hinchas de River que coparon la tribuna visitante del Beira Río giraban la cabeza hacia uno de los palcos y lo recibían a puro cántico. El resultado ya lo conocemos todos y la historia del periplo en Brasil no terminó para nada bien, y allí quizás comenzó el capítulo uno de una historia que terminó siempre torcida en el 2023 para el futbolista que salió campeón a puro protagonismo en el 2014 y que volvió de Europa para seguir cosechando vueltas olímpicas redoblando la apuesta por mayores desafíos con la banda roja.

Fue un knock out a toda esa ilusión personal y deportiva. De la noche a la mañana el único desafío que quedaba por delante era una Copa de la Liga Profesional, y el golpe anímico del sueño frustrado de no poder pelear para salir campeón de América evidentemente tocó de lleno en su interior. Su adaptación al equipo y al fútbol argentino le costó muchísimo. Un protagonismo demasiado esporádico dentro de la cancha para todo lo que se esperaba de su calidad y su talento. Pocas gambetas, poquísimas situaciones de gol generadas para sus compañeros y se recuerdan con el dedo de una mano los intentos al arco rival. Bien cuesta arriba esa batalla personal, y muy por debajo de todo lo que se esperaba de él. En la gran victoria en la Bombonera hubo algunos destellos de su magia, como demostrando que estaba deseoso de jugar partidos pesados. Y justamente su desafío ahora será mentalizarse y motivarse en cada porción de 90 minutos como si no hubiese un mañana para mostrar lo mejor de sí de principio a fin.

¿Hay señales para entender que el 2024 puede ser diferente? Sí, claro. Ya desde los primeros días del año post brindis del 31 y todavía en plenas vacaciones, Lanzini no solo se entrenó de manera particular en un pequeño gimnasio donde vive, sino que junto a algunos de sus compañeros pasaron varias horas en un centro de alto rendimiento para adelantar la puesta a punto que ya comenzó para todo el plantel en tierras estadounidenses, donde se lo ve enfocadísimo y también a plena sonrisa, disfrutando cada momento. Como si fuese un reinicio de chip mental, buscando limitar todos los márgenes de error para que empiece a aparecer de una vez por todas ese crack que todos sabemos que es.

Y hay otro factor muy importante que seguramente estará jugando en su cabeza, y es el hecho de saber que tendrá más liderazgo interno dentro del vestuario que va mucho más allá de llevar la 10 en la espalda. Las despedidas de Enzo Pérez y Maidana dejaron un vacío grande a la hora de encontrar grandes referentes, y ahí es donde todos los ex que volvieron en el último tiempo deberán asumir ese rol más sobresaliente para marcar el ejemplo y también para guiar a los más jovenes. Además la salida de Nicolás De La Cruz que era el líder futbolístico obliga a que tenga que aparecer una nueva cara que marque la diferencia de verdad, más allá que las características sean diferentes.

Demichelis lo necesita. Los hinchas lo necesitamos. Y él mismo se necesita como verdadero protagonista, sabiendo que ahora sí tendrá la Libertadores por delante, un nuevo Superclásico en 50 días en casa, y un par de finales ya confirmadas en este primer semestre para darnos ese salto de calidad. Su revancha personal está agazapada, esperándolo a la vuelta de la esquina. Él sabe que no tiene excusas y que deberá tomar bien la curva para alcanzarla, y nosotros deseamos que así sea, inclusive para ilusionarnos con que ese vínculo hasta mitad de año pueda estirarse un tiempo más para que pueda ser el 10 que nos lleve a pelear de verdad por la quinta conquista de América. Confiamos en vos, Manuel.

¿Confiás en Manu Lanzini en este 2024?

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