River es una gran familia y sobran los ejemplos que demuestran la unión que hay entre todos los integrantes de su día a día, en especial entre los hinchas. El Estadio Monumental es el patio de nuestra casa, es nuestro segundo hogar, y poder recorrerlo es un privilegio para todos, sean grandes o chicos, porque es el epicentro de grandes conquistas históricas del Más Grande.
No todos los días se cumplen 100 años de vida y muchos menos festejarlos en el Monumental. Eso le pasó a Belma, una señora fanática de River (socia vitalicia) que sopló las 100 velitas y fue invitada por el club a recorrer las instalaciones del Museo River y admirar las nuevas obras en las tribunas del estadio, que luce muy diferente al que ella asistía cuando todavía jugaban figuras como Bernabé Ferreyra.
Acompañada por su familia, Belma no dejó de sonreir en cada rincón de Nuñez en el que se detuvo. Además, la dirigencia de River le entregó una medalla conmemorativa y todos se rieron cuando escucharon algunas de sus anécdotas: “Mi papá me traía a la cancha, cuando River le ganaba a Boca se hacía un festín en casa y los vecinos llamaban a la policía porque hacíamos desorden ja“.
Pero la frase que más conmovió a todos fue la que dejó en torno a qué significa para ella ser hincha de River: “No te puedo dar dimensiones porque no existen para eso. Uno es de River hasta el último globulo rojo de la sangre. Ganar, jugar bien, respetar al adversario y no hacer ningún bochinche fuera de la cancha“.