Casos extraños si los hay el de Tomás Andrade. Seguramente recuerden este nombre ahora que lo están leyendo después de mucho tiempo. Aquel joven enganche zurdo que irrumpió en la Primera de River en 2016, cuyo juego era muy similar al de Andrés D’Alessandro, pero que dos años después terminó yéndose casi sin pena ni gloria del Millonario.
Lo compararon demasiado temprano con el Cabezón y el chico no supo aguantar con tanta responsabilidad. Parecía que Andrade estaba destinado a lograr grandes cosas en River, pero un gol errado ante Belgrano a principios de 2017 lo hicieron entrar en un pozo del que nunca más salió y por eso en 2018 terminó yéndose del Más Grande.
Arrancó un largo periplo por distintos clubes: préstamos a Atlético Mineiro, Athletico Paranaense y Argentinos Juniors, tres clubes importantes, hasta que en 2021 quedó libre de River y ahí es donde su carrera dio un giro. Fichó por el modesto Sud América de Uruguay, luego pasó por Audax Italiano de Chile, Botafogo SP de Brasil, Montevideo Wanderers y en enero de este año aceptó un nuevo e inesperado desafío.
Tomás Andrade y un inesperado presente en Portugal
Tras quedar libre en el fútbol uruguayo, el zurdo se unió al Uniao Torreense de la Segunda División de Portugal. Firmó contrato hasta el 30 de junio de 2025 y lo llamativo es que solo lleva disputados 12 minutos con su nuevo club. El pasado 20 de abril entró sobre el final en la derrota 0-3 ante el Leiria y eso es todo hasta el momento.
No estuvo convocado por ocho jornadas seguidas, luego fue al banco en otras tres fechas (sin ingresar) y recién pudo debutar hace algunas semanas. Con 27 años, Tomás Andrade sabe que será muy difícil volver a ser aquel niño maravilla que sorprendió a todos con el Manto Sagrado, pero sin dudas nadie imaginaba este presente fuera del mapa futbolístico.