El 6 de abril de 1986 indudablemente marcó un antes y un después en la historia moderna de los superclásicos entre River y Boca. Es que aquella tarde en la Bombonera estuvo llena de condimentos particulares que la volvieron inolvidable desde todo punto de vista, ya que a la gran victoria del Más Grande en territorio del máximo rival se le sumaron los condimentos de una vuelta olímpica y de un gol irrepetible desde todo punto de vista.

River ya se había consagrado campeón del torneo en cuestión antes de pisar el césped de la cancha de Boca, y es por esto que el plantel tomó la decisión de celebrarlo ni más ni menos que en la previa del partido y frente a las tribunas del estadio Xeneize. “En ese momento iban visitantes a la cancha y estaba nuestra familia ahí, por eso dudábamos. Pero cuando estábamos llegando a la cancha intentaron rompernos el micro, nos tiraron de todo, hasta una barra de hielo. Después del ingreso del micro, adentro del vestuario, decidimos dar la vuelta olímpica. Usamos esa situación como un condimento extra para tener a la gente en contra y sacar adelante el partido. Por suerte ganamos y fue algo histórico”, reveló alguna vez Alejandro Montenegro (lateral izquierdo de aquel equipo) sobre lo ocurrido antes de iniciar el encuentro.

Y una vez comenzado el partido todo fue sucediendo como una gran película para River. Por pedido de Hugo Gatti, el arquero de Boca, el encuentro empezó a disputarse con una pelota naranja para que no se confunda el color con la gran cantidad de papelitos blancos que había en el campo de juego. Y cerca de la media hora Norberto Alonso comenzaba a dibujar su tarde soñada cabeceando ese balón tan particular con un salto hermoso para poner el 1-0 en La Boca, en una imagen que quedará retratada de por vida en las retinas de los hinchas de ambos clubes.

El Beto Alonso y la pelota naranja (Archivo)

El Beto Alonso y la pelota naranja (Archivo)

Cuando faltaban siete minutos para finalizar el juego, un tiro libre del Beto ya con la pelota tradicional blanca y negra se desvió en Passucci y se coló en el fondo de la red para decretar el 2-0 final que desató una locura en la gente de River que estaba ocupando dos bandejas del público visitante en la Bombonera. Nery Pumpido; Eduardo Saporiti, Oscar Ruggeri, Carlos Karabín y Alejandro Montenegro; Héctor Enrique, Américo Gallego, Roque Alfaro, Claudio Morresi; Luis Amuchástegui y Alonso fueron los once titulares del Más Grande que coronaron una jornada histórica que será recuerdo para todas las generaciones presentes y futuras.