Claudio Echeverri causó una gran sensación en su reciente participación en el campeonato Sudamericano Sub 17 junto a la Selección Argentina. Para los hinchas de River, en especial para aquellos que siguen de cerca el andar de la Reserva y de las divisiones juveniles, no fue ninguna sorpresa: el mediapunta chaqueño viene descosiéndola desde que llegó al club con edad de infantiles. Sin embargo, la posibilidad de verlo jugar dentro de muy poco tiempo en la Primera División despierta ilusión y esperanza, más allá del temor lógico de que venga un gigante de Europa y ejecute su cláusula de rescisión.
Pocos conocen al Diablito en el Mundo River como Daniel Brizuela. El ex Director de Captación del Millonario fue uno de los encargados de observarlo, evaluar en el campo de juego y luego tratar de convencer a la familia Echeverri para que Claudio preparara su bolso y viajara hacia Buenos Aires. “Recuerdo que fue una prueba en Resistencia, habíamos viajado junto a Claudio Otermín a hacer unas pruebas en el norte. Cuando empezó a jugar y tocó el balón ya vimos los controles orientados, la técnica, la inteligencia en la toma de decisiones, era una cosa fuera de lo común. Nos quedamos con una emoción total. Se nos erizaba la piel por la cosas que hacía”, relató Brizuela.
En diálogo mano a mano con La Página Millonaria, el encargado del scouting del Más Grande en aquella época advirtió: “En River teníamos una metodología: los jugadores tenían que pasar por filtros. Había primero una prueba y después otra, que en el caso de Claudio no hubo necesidad de eso, y después una tercera prueba que era en River, donde entrenaban con los compañeros de la categoría. Claudio fue directamente para allá”, resaltó Brizuela a la hora de recordar cómo fue el desembarco del Diablito en River.
El primer encuentro con la familia Echeverri en Chaco sirvió para concretar una prueba en Núñez, pero también para conocer a fondo dónde vivía, cómo era su entorno y cuál era el vínculo sentimental de Claudio con River: “El Diablito es fanático, enfermo de River. Estábamos hablando con los padres y él quería mostrar su cuarto. Pasamos por un pasillo, llegamos y la puerta ya era toda blanca con una banda roja cruzada. Abrimos y dije guau, no lo podía creer, era un santuario de River. En las paredes estaba pintado el Monumental, la mesita de luz, todo era de River, banderas, la frazadita, toda su vida giraba en torno a River. Imaginate que River lo fue a buscar, lo que significaba eso para él. Sus padres sabían del sueño de Claudio, apoyaron todo, que pueda venir. Era solamente una situación que tenía que llegar”, afirmó el descubridor de Claudio.
Más allá del deseo de Echeverri de vestir la camiseta del club de sus amores, hubo que resolver una situación familiar que no era menor: el Diablito no aceptó quedarse en la pensión y viviver lejos de sus padres. “Cuando terminó la semana de prueba, un día me encaró enfrente del club y me dijo que amaba a River y al Monumental, pero si la mamá no estaba con él, se volvía a su casa. Me habló como un hombre, pero tenía 9 años. Me emocionó. Acá me di cuenta que además de talento, Claudio tenía una gran personalidad”, resaltó Brizuela.
“El siempre jugó donde está jugando. La prueba fue en cancha de once porque queríamos dimensionar cómo jugaba ahí. Hizo lo mismo en las canchas de sintético del Monumental que en Chaco, pedía siempre la pelota, él nació diez, siempre fue el diez”, agregó Daniel Brizuela. “Siempre fue el mismo futbolista. El jugador que están viendo todos hoy, es el mismo que jugaba en su club Luján, en la canchita de tierra. Él nació así, tiene mucha personalidad y mucha humildad”, explicó.
¿Está Claudio Echeverri para ya pegar el salto a la Primera División? “No hay que adelantarse a los procesos. Creo que Claudio es un futbolista totalmente diferente, pero hay que adaptarse a los desarrollos. Hay que tener en cuenta que él tuvo un desarrollo tardío, porque era chiquito de contextura física. Le costó cuando tuvo que pasar a Novena. Todas las personas no son iguales. Claudio, por su gran jerarquía, jugaba de primera o a dos toques y no lo podían parar. Sí es importante tener eso porque para sostener el nivel profesional tenés que estar completo, no lo podés sostener solamente con talento porque además te pueden romper. River lo tiene que llevar de a poco, recién tiene 17 años, ¿qué apuro hay? Los hinchas de River tenemos todo el tiempo para disfrutarlo y que llegue en tiempo y forma, espero que así sea”, afirmó Brizuela.