Estamos en la final de la Copa Libertadores. No nos olvidemos de eso. Está bien, entiendo que es casi imposible con el bochorno que vivimos ayer. Una herida como sociedad, como país, que nos pegó a todos, pero nos merecemos como hinchas genuinos intentar disfrutar el momento, por más manchado que esté.

Se lo merece Gallardo. Lideró a un equipo de guerreros batalla tras batalla, nos devolvió a la vida en Porto Alegre, incluso cuando él estuvo privado de estar junto a sus jugadores. Su era ya pasó a la historia grande del club, pero este es un nuevo hito bajo su nombre.

Se lo merecen Maidana y Ponzio. Estandartes del equipo del Muñeco. Están llegando al final de sus carreras y no va a repetirse una oportunidad como esta para coronar sus trayectorias doradas con el Manto Sagrado.

Se lo merece el plantel. Luchó contra viento y marea toda la Copa. Mamarrachos de Conmebol, sanciones sin sentido, adversarios de nivel, y acá están. Dejaron todo y por eso llegaron a la final.

Se lo merece River. El club más grande de Argentina. Por su pasado, presente y futuro. Un escudo intachable, con la banda roja y el CARP en negro que acelera nuestros latidos con solo verlo. 

Nos lo merecemos nosotros, los hinchas. Sufrimos, disfrutamos, acompañamos, estuvimos y estaremos. Metimos dos banderazos históricos en 24 horas, invadimos Porto Alegre, alentamos desde que todo empezó -hasta agotamos las entradas para el próximo partido de River-, no dejemos que unos pocos imbéciles y unos inoperantes uniformados nos quiten lo que nos pertenece, la felicidad por ver a River.

Insisto, sé que es muy difícil, a mi también me cuesta. Pero ayudémonos entre todos para levantar el ánimo. Cuando veas al de al lado tuyo apagado, cabizbajo, recordale el privilegio que tiene por ser de River. Empezá cantando bajito: "Señores, yo soy del gallinero...", que se te sume el que tenés al costado, y el de al lado, y así. ¡Vamos, River, estamos en la final de la Copa Libertadores, contra todo y todos, vamos todos unidos!