La Conmebol cumple 100 años y, en una suerte de fiesta descontrolada, decidió reducir varias sanciones, entre ellas la ocurrida luego de que los jugadores de River sufrieran un ataque con gas pimienta en la revancha del Superclásico de la Copa Libertadores 2015. De esa manera, bajó un mensaje alarmante de cara a lo que viene y benefició a Boca, que pasó de ocho a tan sólo dos partidos sin su público.

¿Y ahora dónde está el escritorio? Los roles se invirtieron y semejante mueble quedó encajonado. Creer o reventar, aunque a esta altura es mucho más fácil creer, la Confederación Sudamericana de Fútbol hizo un nuevo papelón. Como si las acusaciones que salpicaron y mucho más a varias de sus autoridades recientes no hubieran sido suficiente vergüenza, las decisiones de esta mañana enseguida causaron un tsunami de críticas. Las sanciones para varios jugadores fueron disminuidas en un 50% -nobleza obliga, incluye a Iván Alonso- y por eso varios podrán actuar inmediatamente. Pero el asunto avanzó más allá y Boca directamente fue el mayor beneficiado en un mamarracho que incluso desobedece la recomendación que la FIFA realizó en su momento acerca de una medida ejemplar.

“Medidas de Gracia por única y exclusiva vez con ocasión de la celebración del Centenario de la Conmebol”, explica una parte del circular emitido hace instantes en Luque, Paraguay. La primera estipulación de seis indica que se encuentran exceptuadas las penas aplicadas por doping y agresiones a árbitros o miembros oficiales. ¿Traducción? Si el gas pimienta hubiera afectado a Darío Herrera, sus colaboradores o algún ridículo de traje en representación de la Conmebol, Boca no hubiera salido airoso de la situación, entonces poco le importa al ente la salud de Leonardo Ponzio, Matías Kranevitter, Sebastián Driussi y varios jugadores damnificados, quienes podrían haber padecido consecuencias de mayor gravedad. Pero bueno, parece que ahora en el fútbol se puede prescindir de los actores principales, quitándoles todo tipo de respeto. Un bochorno inigualable.

Lo cierto es que Boca pasará de ocho partidos sin su público, incluyendo un compromiso de visitante, a tan sólo dos. Sí, dos. Vale todo, señores. Un siga siga de la violación al reglamento. Aunque lamentablemente también hay que mirar puertas adentro: Rodolfo D’Onofrio, que tantas veces defendió de forma admirable los intereses de River y hasta se expuso al aparecer aquella noche del 14 de mayo en el campo de juego, acompañó públicamente la idea de reducir las sanción al eterno rival. Por cuestiones políticas -¿habrá injerencia de la TV?-, seguramente, pese a que es cierto que los dirigentes y clubes no pueden ser rehenes de un grupo de inadaptados como el “Panadero” y quienes lo avalaron, cometió un error. El presidente de River fue testigo privilegiado de lo sucedido. De hecho, viajó en el micro que fue agredido con un piedrazo al salir después de las 2 AM de La Bombonera, cinco horas después del inicio del encuentro eternamente inconcluso…

Lamentablemente, vale todo. River, sancionado varias veces con razón por el uso de pirotecnia en las tribunas (se puede discutir o no la reglamentación, pero son las reglas establecidas), no tiene amnistía económica. La multa se cumple sí o sí porque ante todo hay que engrosar las arcas de la Conmebol. Hay cosas que el dinero no puede comprar, entre ellas la dignidad. Ésa que perdieron hoy varios miembros de la Conmebol, un organismo que le cayó con excesiva dureza a Marcelo Gallardo en reiteradas ocasiones, pero que no es capaz de sostener una medida firme, llegando al punto de desatender una recomendación de la mismísima FIFA. Para la Conmebol, vale todo. Más que Medidas de gracia, medidas que dan gracia.

+ IVÁN ALONSO: el delantero de River fue beneficiado por la amnistía

+ DOBLE CIUDADANÍA: Mora liberó un cupo de extranjeros

+ PEÑAROL VS. RIVER: el campeón de América visitará al Manya el 28 de marzo

+ RAMÓN DÍAZ: “Por supuesto que voy a volver a River”

+ D’ONOFRIO: la reacción del presidente de River al conocer las Medidas de Gracia