Los arqueros siempre son los que menos oportunidades tienen de mostrarse, por eso cada chance debe ser aprovechada casi como la última. Y Ezequiel Centurión eso lo tiene muy claro, por esa razón buscará disfrutar al máximo el encuentro de este domingo contra Barracas Central en el Estadio Monumental, que será su quinta presentación con el buzo de River.

A raíz de la lesión de Armani en el partido en Chaco, Centu tuvo que defender los tres palos en el segundo tiempo (respondió de forma excelente en las pocas que Defensa y Justicia lo exigió) y también tendrá que hacerlo este fin de semana. Con 25 años y después de un paso a préstamo durante 2021 en Estudiantes de Buenos Aires que le sirvió para adquirir experiencia y afianzarse aún más, el guardián del Pulpo está listo para un nuevo desafío, pensando también en la posibilidad de que tenga que calzarse los guantes en La Bombonera.

Pero detrás del gran presente del oriundo de Cipolletti hay una historia reciente de mucho sacrificio para superar obstaculos. Primero dejando atrás una miocarditis en 2020 a raíz del Covid-19 que lo privó de entrenarse a la par de sus compañeros en River durante 45 días. Y luego tuvo que reponerse de un daño irreparable como es la muerte de un familiar: el año pasado sufrió la pérdida de Santiago Galdeano, su pequeño primo de tres años, quien fue encontrado sin vida dentro de un arroyo en Neuquén.

"Tratamos de ser lo más completo posible para defender este arco que es el más grande de todos. Vestir la camiseta de RIver es un orgullo para mí, desde chiquito que sueño hacerlo y bueno ahora a luchar por tener una oportunidad, ojalá se me de", dijo hace un tiempo en diálogo con La Máquina Radio. Dicen que el esfuerzo siempre trae su recompensa y a Centu le vuelve a llegar el premio después de muchos años de lucharla para hacerse un lugar.