Llegamos a Edmonton un hermosa ciudad rica por naturaleza, proveedora del petróleo de la mayoría del país, sus casas y vehículos demuestran el poderío económico del lugar. Esta vez reservamos el hotel desde Toronto así que perdimos menos tiempo en trámites y pudimos escaparnos hasta un shopping cercano que publicitaba ofertas en electrónica. Llegamos tarde o nunca encontramos lo barato, sólo las PlayStation a buen precio.
Siguen tan estrictos como en Toronto, los horarios se cumplen a rajatabla. El shopping abre hasta las 21; el resto de los bares, a la 1.30 AM cortan el suministro de alcohol. A partir de las 2 no queda nada abierto, sólo nos salva si encontramos algún latino radicado aquí que nos invite a un after en su casa.
Siendo las 17 partimos hacia el estadio y gracias a la amabilidad de los organizadores pudimos viajar en el bus destinado a la prensa. Al llegar nos encontramos con un sorprendente estadio con capacidad para más de 60 mil personas, raro en esta ciudad donde a nadie le gusta el fútbol, es mas muchas veces tratan de señoritas a quienes lo practican…
Al igual que todos los estadios que visitamos de distintos deportes, sus tribunas están construidas de un material tipo aluminio con asientos plásticos, muy prácticas e higiénicas ya que siempre lucen limpias.
Por suerte en esta provincia no existe la prohibición de colocar banderas así que todos pudimos colgar la totalidad de las banderas traídas. Cuando nos divisaron se acercaron muchos hinchas en su mayoría argentinos y latinos en general a saludarnos y a que le contemos cosas de nuestro país y más de nuestro querido River.
Allí nos encontramos con un amigo de Quilmes, una bella niña de Haedo, gente de Entre Ríos y de varios lugares del país, la mayoría de ellos frecuentadora de las canchas cuando vivían allá. Como siempre, colombianos hincha de Millonarios y de Falcao nunca faltan y algunos mexicanos hinchas del Burrito y del Muñeco, que intentaban alentar pero con su extraño léxico.
Los más raros que vimos fueron dos africanos y un ruso que se hicieron hinchas de la banda por su paso por la Argentina. No se si será que estoy más viejo o que cada día quiero más a mi país, pero al sonar del Himno Argentino me quebró como nunca.
El partido no daba para alentar mucho, los lugareños sólo se limitaban a aplaudir alguna buena jugada y nada más… salvo cuando apareció el golazo del Burro, que hizo delirar hasta los más fanáticos ingleses.
Faltando 10 minutos apareció un mexicano con un bombo que no sabemos dónde lo tenia y armamos una pequeña barrita para darle un poco de calor a la noche. Que mal que estamos que lo tuve que tocar yo, que nunca agarré uno en mi vida…jaja
Finalizado el partido entramos a la conferencia de prensa, en realidad mucho no nos interesaba qué decían los técnicos sino que nuestra misión fue llenar las mochilas de gaseosas y sándwiches que repartían en la sala, cada cena ahorrada es un respiro a nuestros bolsillos…
Volvimos al hotel, duchas y copamos un barcito bien ingles que esta justo enfrente, nos quedamos un rato porque rápidamente llego la hora del cierre.
Nos quedamos haciendo lobby con algunos jugadores que si bien tenían la noche libre no había ningún lugar abierto, tampoco ellos salieron.
DOMINGO FIERRERO.
Como el plantel tenía día libre, fueron invitados a la última jornada del Indy Car, la segunda categoría en importancia después de la Formula Uno.
Por suerte algunos no fueron así que pudimos usar sus entradas, la verdad que se perdieron un espectáculo increíble. La perfecta combinación entre la adrenalina de ver los autos a 10 metros, el rugir de los motores y la belleza de las promotoras es lo que lo hace único.
Como nos tienen acostumbrados, todo perfectamente organizado, los puestos de comidas, entremezclados con los de merchandising, información de la ciudad y hasta la escuela del ejercito se promociona subiendo modelos a sus tanques… Estábamos en una muy buena ubicación, pero como siempre queremos más, conseguimos entrar a la zona VIP exclusiva para la gente de las escuderías.
Eramos una banda así que arrasamos con el catering porque a esa hora de la tarde el hambre era mucho. Vimos más de la mitad de la competencia pero como la delegación tenia que volver lo hicimos con ellos porque estábamos bastante lejos.
Un poco de pileta, ducha y encaramos para la White Av. una calle similar a la Alem marplatense, muchos bares, toda la gente de la ciudad concentrada allí. Eso sí, también todo cierra a las 2.
Fuimos a un karaoke bastante loco, mucha gente cantando. Obvio que no conseguimos ninguna canción de Leo Mattioli o de Mario Luis para cantar así que sólo nos quedamos divirtiendo con lo mal que cantaban todos. Vencidos por el sueño nos fuimos a dormir
LUNES DE SHOPPING
Lamentablemente perdimos toda la mañana en el aeropuerto haciendo trámites referidos a nuestros pasajes de vuelta porque por la gripe cancelaron un montón de vuelos.
Recién nos liberamos a las 15, así que nos fuimos para el muy promocionado shopping, según dicen el más grande del mundo. Garroneamos el colectivo fingiendo no tener cambio y después de un rato nos depositó en el Edmonton Mall.
Más de 48 cuadras de negocios, una increíble pista de patinaje sobre hielo y un gigante parque acuático de más de una cuadra confirma lo que dicen los lugareños.
Nos encontramos con las mejores marcas, pero con precios inaccesibles por el cambio, mucha tecnología y hasta una veterinaria con una vidriera llena de cachorros de pedigrí que aunque no entendimos su raza leímos claramente su precio: 1000 dólares cada uno. Un regalo.
Otra cosa sorprendente fue encontrarnos con las réplicas de tamaño natural de las carabelas de Colon. Estábamos retornando al hotel y nos encontramos con vecinos que cortaban la calle, nos avisaron que se había cortado un cable de luz, casi normal en nuestro país.
En dos minutos llegaron cuatro camiones con mas de 50 bomberos y dos patrullas hicieron un operativo cinematográfico, todo por un cable. Nos desviaron una cuadra y nos encontramos con una gran plaza con puestos de comidas y un escenario en el centro al mejor estilo Parque Centenario.
No resultaba nada extraño salvo que tenían un sistema novedoso, para poder comprar en los puestos primero había que comprar un bono de un dólar que te habilitaba a consumir, nos contaron que era como una ayuda para mantener las instalaciones. Costumbres locales.
MARTES DE DESPEDIDAS
Mis tres amigos retornaron al país así que a partir de ahora quedaré solo.
Estoy buscando otro hotel para alojarme porque los 110 dólares diarios divididos entre cuatro eran accesibles, pero desde ahora los tendré que solventar yo solo y multiplicado por los días que me quedan se me hace una fortuna.
Mientras saco cuentas me voy a entrenar y a disfrutar de la piscina ahora que los jugadores la desocuparon.
Imagen: Prensa de River.



