El DT de River vivió el partido ante Independiente con mucha intensidad. Llegó contento y se fue lleno de orgullo por su apuesta.
Fue su primera vez en el banco en este verano 2013. Rodeado de fotógrafos, ingresó al campo de juego con su fiel camisa cuadriculada y su clásica sonrisa. Confiado, claro, y expectante.
Es que en la semana se había decidido por una formación alternativa, pero con 4 jugadores que salieron al ruedo con su padrinazgo: Acevedo, quien estaba con un pie afuera del club; Funes Mori, resistido por parte de la gente; y los debutantes Tomás Martínez y Ezequiel Espíndola López.
Más allá del funcionamiento del equipo, Ramón necesitaba que estos 4 muchachos le respondieran. Y vaya si lo hicieron; 3 de ellos fueron las figuras del equipo. Regocijo puro para Ramón.
Desde su llegada al club, bancó al Mellizo (“lo voy a sacar goleador”, había dicho) y a Walter Acevedo (“es un gran jugador”), dos que estaban siendo mirados de reojo. Y ambos cumplieron con creces. Uno anotando 2 goles y moviéndose bien en ataque; el otro siendo criterioso en el mediocampo y sólido en la recuperación.
Entre los debutantes, Tomás Martínez se llevó todos los aplausos por su atrevimiento, su precisión y destellos de gran talento. Con apenas 17 años, hizo divertir a la gente y a su “padrino” Ramón.
Y encima, el resto del equipo no desentonó. Para ser el primer partido de la pretemporada tuvo bastantes más buenas que malas, Por eso, al finalizar el encuentro, la sonrisa del Pelado era grande como el Minella.
“Estamos tranquilos porque River es un equipo grande y tiene que ser protagonista. Éste es un buen resultado para los pibes; la planificación de la pretemporada está saliendo muy bien”, fueron sus primeras palabras.
Y siguió: “Tomás Martínez juega muy bien, me divierte; pero vamos de a poco, todavía tiene que crecer”, tratando de poner paños fríos.
Por último, no pudo ocultar su entusiasmo por la apuesta por el delantero mendocino y expresó: “Estos dos goles tienen muchísima importancia para mí”.
Ramón está orgulloso. La primera prueba del año le salió bien y alimentó las esperanzas de millones de riverplatenses. Que ese orgullo se sostenga en los próximos partidos a través de actuaciones cada vez más sólidas y se ratifique en junio con un River campéon con el sello de Ramón.



