River no puede hacerse fuerte en casa. La localía prácticamente inexpugnable a nivel internacional atraviesa un efecto inverso cuando se trata del ámbito doméstico. Esta noche perdió 2-1 contra Vélez y el saldo refleja que tan sólo sumó uno de los últimos nueve puntos en el estadio Monumental. Tras caer 1-0 frente a Talleres y empatar sin goles en el Superclásico, el Millonario nuevamente se quedó sin triunfar en Núñez, aunque esta vez resultó muy injusta.

Los errores le costaron demasiado caro a River. Una mala salida desde el fondo permitió que Nicolás Domínguez pusiera en ventaja a Vélez. Otra equivocación le dejó servido en bandeja el gol por partida doble a Thiago Almada, quien no perdonó luego de un penal que le cometió Franco Armani luego de tener el arco listo para definir. En el medio, había estado la igualdad transitoria de Ignacio Fernández después de un gran desborde de Lucas Martínez Quarta. Sin embargo, Nacho no supo aprovechar una pena máxima: Lucas Hoyos le desvió el zurdazo, a pocos minutos para el final.

¿Cómo se explica el revés de hoy? Por una sumatoria letal: fallas defensivas y escasa puntería en el área de enfrente. Entre los remates sin éxito, las atajadas de Hoyos y las malas decisiones, River dejó de pie a un Vélez que sí exprimió sus pocas posibilidades. La rebeldía de Nacho Fernández, los chispazos de Matías Suárez -el árbitro Andrés Merlos no sancionó un claro penal del arquero sobre él durante la etapa inicial- y la insistencia de Julián Álvarez fueron insuficientes.

Marcelo Gallardo sorprendió con el 4-3-3 del principio, un dibujo calcado al que emplea Vélez, pero con distintas características en cuanto a los intérpretes. Pero la mayor determinación inesperada del DT fue cuando hizo cambios para tener cuatro atacantes que jugaran mano a mano con los cuatro defensores visitantes. Gabriel Heinze advirtió la jugada a tiempo y relegó un punta (Maximiliano Romero) para sumar a Tomás Guidara como lateral derecha, corriendo a Lautaro Gianetti al centro. La estrategia causó riesgo, aunque no alcanzó para dar vuelta el marcador ni rescatar un punto.

La misión de River será levantarse en La Plata, donde el próximo sábado a las 17.45 deberá visitar a Gimnasia. A tres días para el primer Superclásico, es probable que el Muñeco presente una formación alternativa. La Superliga nuevamente tiene al Millonario lejos de la punta. De todas formas, el objetivo principal estará puesto en derrumbar a un Boca encumbrado. Un desafío que es ideal para dar otro golpe de nocaut y que internamente genera esa sensación de que la circunstancia obligará a recuperarse en el momento justo.