(Incluye estadísticas) El volante central cumplió un papel preponderante, debido a que fue clave en el funcionamiento de River e incluso marcó el ritmo de juego.
Regresó luego de 29 días inactivo. Tras el desgarro que sufrió en México, Leonardo Ponzio estaba en condiciones de retornar en La Boca. Sin embargo, Marcelo Gallardo prefirió preservarlo. Y acertó porque el ex-Newell’s fue la figura de un equipo agresivo, intenso, batallador.
Los aplausos que se llevó al salir, a los 28 minutos del segundo tiempo, como consecuencia de una molestia en la pierna izquierda, fueron un justo reconocimiento. Es que el mediocampista santafesino realmente realizó una tarea completa: marca, quite, recuperación y distribución.
Bien acompañado por un Matías Kranevitter de elite, Ponzio fue el termómetro de River. Metió, aunque un poco por demás, teniendo en cuenta que fue amonestado y coqueteó con la segunda tarjeta, e hizo jugar cuando hubo espacios. Supo qué necesita el Millonario de él.
En síntesis, Ponzio se comió la cancha. Si bien es cierto que su única deuda fue la ejecución de la pelota parada, debido a que careció de suficiente veneno en cada envío, su nivel estuvo a la par del que exhibió en la inolvidable semifinal de la Sudamericana. Ojalá que el desenlace sea similar.
+ El partido de Ponzio, bajo la lupa de DataFactory




