(Barcelona – España) Las calles de Barcelona se tiñeron de un color familiar, el blanco con la franja Roja. Durante un par de horas me encontré rodeado por gente con nuestros colores, con nuestras canciones y con un ídolo en común. Lee la experiencia de encontrar a nuestros hermanos Millonarios en España y todo lo que dejó River-Arsenal.

Hoy hice algo que hace por lo menos 10 meses no hacía. Terminé el termo de mate, me puse un jean, las zapatillas y la camiseta de River. Agarré el boleto del subte, las llaves, un par de monedas y encaré a la cancha, escuchando rap noventoso. Porque hoy, como estaba marcado en mi calendario, jugaba el Rayo Vallecano contra el Barcelona B.

Rayo está en segunda y al distraído le recuerdo que no solo la camiseta es idéntica a la nuestra sino que uno de sus ídolos es el Chori Dominguez. El tema es que hace más de una semana que las entradas de visitante se agotaron. En cambio, las de local sobraban. Inclusive, a minutos del partido, te las regalaban. Me enteré que desde Vallecas partieron diez bondis llenos de Rayistas. Fue una tarde de sol, jugaban los de Rojo y blanco por algo y no me podía quedar afuera.

Mi plan era simple. Caí una hora y media antes del partido y me puse a buscar camisetas familiares. No tardé nada en encontrarlas. Paré en un bar y pedí una cerveza para quedarme en la calle estudiando a la hinchada. Cuando entré a pagarla escuché “Que buena camiseta”. Me giré y acodado en la barra había un tipo bajito, con camiseta del Rayo, que me sonreía. Me acerqué instintivamente. “¿Es la nueva, no?” me preguntó Jose (sin acento en la E) mientras con un gesto pedía dos cervezas más y me alcanzaba una.

Lo llevamos a la calle para poder fumar tranquilos abajo del sol y estuvimos una hora hablando de fútbol. De la historia del Rayo, la situación actuál, la hermandad con River (que va más allá de los colores, me insistía Jose), el gen copero del Real Madrid y mil cosas más. Llegamos al punto Chori. Resulta que ni siquiera lo habían convocado para el partido, me enteré ahí. Me dijo que para ellos su presencia es el recuerdo de años mejores, en primera, metiendo golazos, siendo eje del equipo. “Y te digo más, el Chori podría haberse ido a otro lado. Podría estar jugando en Grecia aún o estar cobrando más pasta en otro lugar. Pero aquí está a gusto, y lo ha dicho eh, que no me lo invento. En vez de cobrar, que te diga, 10 allá, prefiere cobrar 7 y estar aquí en el Rayito”.

Ahí le conté que el Chori, cuando peor la pasamos, no dudó en dejar lo que tenía para estar. Que fue nuestro 10, nos condujo al lugar donde teníamos que estar y después le pagaron de la peor forma. Jose me dijo que no le extrañaba, que así es el Chori. Apuramos la cerveza porque faltaba media hora para el partido. Me preguntó si iba y le confesé que era mi intención pero que todas las entradas que quedaban era de local. Ahí me dijo que el Mini Estadi del Barcelona B es un Camp Nou en miniatura, que tratara de agarrar una entrada con puerta cercana al Gol Nord, donde estaban ellos, y que ahí buscara el hueco para mandarme.

No hizo falta. Cuando fui a pedir la entrada la piba de la boletería me miró y me dijo “¿Pero tu quieres ver al Rayo? Porque tengo un par de asientos que no han buscado”. Gol. Compré mi entrada y me mandé a la puerta del Rayo. Ni bien entré me encontré a Jose. Vimos todo el partido juntos hablando de fútbol, cantando canciones y asándonos abajo del sol. El Rayo, de verdad, era local en Barcelona. Si bien ya me habían tirado un par de “aguante River” al cruce, me llegaron al alma cuando empezaron a cantar “el día que me muera, yo quiero mi cajón”. Compartimos colores, compartimos un ídolo. Rayo y River, un solo corazón.

Rayo ganó 3-2, no sin sufrir, y le robó la punta de segunda al Sporting Gijón. Quedan varios partidos por jugar pero el ascenso está ahí. No pude ver al Chori, pero pude comprobar que tenemos amigos en todos lados. “El fútbol es esto”, me repetía Jose mientras brindabamos, dos desconocidos unidos por algo tan básico como una pelota y los colores en común.

Volví a casa feliz y el partido de recién me está mandando a la cama chocho. Muchachos, Juanfer es lo que necesitamos. Perdonen que aproveche y hable un poquito de táctica, pero es evidente que necesitamos la claridad, el toque de primera y el entendimiento con Mora y Mayada del colombiano. Con esos tres nombres tenemos una banda derecha que Montiel y Nacho F. no están ni cerca de completar. El gol que hace hoy simboliza toda la bondad de River en una sola jugada. La falta de egoísmo y caridad de parte del que recién llega multiplicada a la enésima potencia por el uruguayo hermoso que le devuelve la pelota redonda, con el arquero vencido, para que su panita meta su primer gol con la Banda. Armani volvió a aparecer en el momento justo, cuando recién ibamos 1-0. Controla hasta los palos Armani, 530 minutos sin goles en la Superliga. El pibe Exe va encontrando su lugar a puro mérito y talento. Zuculini se sacó el jetlag de jugar en 3 ligas distintas en igual cantidad de años y ahora se lo ve firme. Auzqui no tiene solución, pero el chico Ferreira es una linda aparición.

Ganar, ganar y ganar. Después vemos que pasa.

Hoy fue un hermoso día Riverplatense. Cuando salimos de la cancha Jose se iba derecho a tomar el bus a Madrid con el resto de los Rayistas. Nos pasamos los números y quedamos que nos vemos en la próxima temporada, con Rayo ya en Primera.

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