En LPM TV estrenamos sección visitando a Norberto Alonso en la intimidad de su casa, donde nos reveló algunas anécdotas de su infancia y contó algunos de los momentos más fuertes que vivió con la camiseta de River. ¡No te la pierdas!
El Mundo River es un total misterio y tiene muchísimo por descubrir. Y sobre todo cuando se trata de un club tan importante, en el que pasaron decenas de grandes jugadores que dejaron una huella imborrable.
Uno de estos grandes futbolistas que hicieron historia en Núñez es Norberto Osvaldo Alonso, exenganche que ganó absolutamente todo con el manto sagrado y que tiene el privilegio de ser uno de los máximos ídolos de la institución.
El Beto fue el primer protagonista de la nueva sección de LPM TV “Pasen y vean” y nos reveló algunas anécdotas verdaderamente imperdibles. ¡Pasá y mirá esta íntima entrevista a uno de los más gandes de la historia de River!
+ El testimonio del Beto en “Pasen y vean”, la nueva sección de LPM TV:
Confesó que su padre lo entrenó para ser zurdo: “En mi autobiografía hablo de cómo mi viejo me hizo zurdo, es una cosa fantástica. Mi viejo, cuando estaba aprendiendo a caminar, me ataba la pierna derecha en la silla y me dejaba la izquierda colgando. Me ponía la pelota y me agarraba desesperación por la pelota. Y le tenía que dar con la zurda, ja. Mi viejo lo hizo porque me dijo que los zurdos eran más vistosos. Con el tiempo fui comprobando que era verdad, mi viejo fue un sabio”.
La primera vez que vio el Monumental: “Cuando tenía 9 años y vine a la cancha auxiliar, vi el estadio y dije ‘esto es lo más grande que hay’. Lo recuerdo con tanto amor… No me quedó nada pendiente. Vivo a tres cuadras del Monumental, cuando voy a ver el partido, que lo hago en el palco de honor, tengo que salir con una hora y media de anticipación por las fotos que me piden”.
Así vive los partidos de River: “Como hincha soy un tipo muy tranquilo, como era también cuando era jugador. Sabía que tenías un cosquilleo en la panza hasta que empezaba el partido. Cuando se movía la pelota, te metías en el juego y te olvidabas de todo. Y esto es lo mismo, lo vivo con mucha tranquilidad y mucha paz”.
¿Cómo recuerda al Beto jugador? “Era un chico que tenía ganas de jugar a la pelota, con un talento que le regaló Dios, siempre con la camiseta de River”.
Lo que recuerda de su partido despedida: “Fue el 13 de junio de 1987. Fue una tarde muy fría, pero el calor lo daba la gente. El partido preliminar lo jugaron los chicos de River, jugaban mis dos hijos y los chicos de San Miguel. Vi el primer tiempo de ellos y no quise ver nada más, me fui al vestuario. ¿Por qué? Porque ya había 20.000 personas y dije ‘uh, me parece que estos me van a sorprender otra vez, otra grata sorpresa de los hinchas de River'”. Y cuando van saliendo uno por uno a la cancha, me nombran último a mí, salgo último y empiezo a recorrer la vista todo el estadio. No lo podía creer, me daban ganas de llorar, de abrazarlos, de decirles tantas cosas, que los quiero tanto, son incondicionales. Gracias, gracias por este cariño, este cariño no se paga con nada”.
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