Ya sé, parece imposible que por lo menos una vez por día no trasladar la mente ahí. Pero el mayor pecado que podemos cometer como seres humanos es jugar esa final en nuestras cabezas antes que suceda. De alguna u otra manera debemos aprender a superar esos molinos de viento que hoy se nos generan de pies a cabeza.

Tratemos entre todos de bajar un cambio y de apoyarnos en el mejor guía espiritual que tenemos al alcance de la mano. Gallardo debe ser nuestro Don Quijote. La brújula en la pelea titánica contra esos molinos huracanados que a esta hora sólo existen en la imaginación. Porque siempre fue para nosotros ese guía espiritual que es un mimo al alma y una invitación a la calma poder escucharlo.

Y ayer en la conferencia otra vez nos bajó del cielo a la tierra. Porque ni siquiera proyectó ideas irrisorias a futuro, y solamente se concentró en llevarnos a los caminos de Colón. Un partido que en el inconsciente colectivo puede pasar desapercibido, pero que será importante de cara al objetivo de llegar a diciembre peleando el podio de la Superliga.

Y porque además debiera ser lógico que entendamos que en lo más próximo del camino de la copa hoy se encuentra ni más ni menos que el futuro campeón de América, y que encima hay que definir esa serie en Brasil. Un rival de la talla de Gremio no nos permitirá ningún tipo de relajación, ni para los de adentro ni para los de afuera.

“Nosotros queremos llegar a la final, el rival es un tema secundario”, es el mensaje que han bajado todos los jugadores consultados al respecto. Los de enfrente también la tienen muy complicada, pero es un tema que hoy por hoy nos debe resbalar. Nuestra misión es superar los partidos del 23 y del 30, para poder estar el 31 sentados en una reposera viendo en la tele al futuro rival.

Subámonos todos a un caballo que nos baje los decibeles. Aunque nos cueste en el alma. Aunque el inconsciente nos pique la cabeza a toda hora. Si ese cruce se llega a dar ya veremos qué métodos de supervivencia encontraremos para sobrellevarlo, aunque sinceramente yo no creo que exista alguno. Pero tratemos de no dormir todas las noches con ese enemigo que nos carcome el cerebro y nos nubla la realidad. Vamos todos unidos, vamos no nos quedemos. Primero contra Colón, y después contra Gremio.