Que fue un robo, que River maneja el VAR, que a Lanús lo despojaron. Se van a leer y escuchar mil cosas esta semana sobre lo que ocurrió esta noche en La Fortaleza y lo cierto es que Darío Herrera acertó con su decisión en anular el primer gol del Granate (lo había marcado Cristian Lema de cabeza) por un offside del defensor José María Canale.

¿Es una jugada polémica que se presta para la duda? Sí. ¿Es necesario varias repeticiones para terminar de entender lo que pasó y lo que se cobró? Tambien. Retrocedamos a los hechos. 18 minutos, River se durmió en una pelota parada y Lema cabeceó de manera lícita en la puerta del área chica venciendo la resistencia de Armani. En la primera repetición ya varios se percataron de que José Canale estaba en offside...

 

Empezó la revisión en el VAR, nadie entendía que estaba pasando. No había obstrucción a la visión de Franco Armani y tampoco se llega a percibir si finalmente Canale toca la pelota o no. Porque de ser claro el contacto, era offside al desviar la pelota y se acababa la polémica. Como en ninguna repetición logra quedar claro, Darío Herrera siguió viendo la jugada y junto con los asistentes del VAR identificó otro problema.

Por interpretación del propio juez, el gol fue anulado por entender que Canale, al estar en una posición antirreglamentaria, impide que González Pirez entre en contacto con la pelota en un posible despeje. Es decir, interfiere en su juego. Y el reglamento es claro al hablar de este tema: un gol puede ser anulado por identificar que un rival "realiza una acción que afecte claramente a la posibilidad de un adversario de jugar el balón". 

Se podrá discutir si una jugada de este estilo debe ser revisada por la tecnología o si atenta contra el espíritu del juego (el famoso "buscar elefantes y hormigas), pero con las reglas actuales y vigentes, el árbitro y sus asistentes estuvieron bien en anular el tanto de Lema. Fin de la discusión.