La noticia sorprende. Paraliza. Conmociona. Y emociona. Miles de sentimientos más se podrían describir en este momento en el cual hay que escribir y comunicar una de esas noticias que nadie quiere que llegue. Este 25 de noviembre de 2020, año maldito si los hay, murió Diego Armando Maradona. Sí, el mejor futbolista de la historia falleció a los 60 años en la casa que se había alojado para recuperarse de la última intervención quirúrgica a la que se había sometido. Un paro cardiorespiratorio habría sido el motivo del descenlace, aunque eso poco importa ahora. El dolor es profundo y será eterno como el agradecimiento por todo lo que brindó con la camiseta de la Selección Argentina, esa que llevó hasta lo más alto en el Mundial 86.

Es cierto que Diego es uno de los ídolos de Boca y, más allá de que River estuvo cerca de comprárselo a Argentinos, su relación con El Más Grande no fue la mejor. Pero no es momento de entrar en esas peleas. El Maradona futbolista fue, es y será la carta de presentación para cualquier argentino que recorra el mundo, su idolatría traspasó fronteras y hoy hay fanáticos que lo lloran hasta en los lugares más recónditos del planeta. Ese Maradona futbolista también representó e ilusionó a todos los que alguna vez patearon una pelota a soñar con llegar a lo más alto por más carencias que hubiera a su alrededor.

La sorpresa retumba aún y las reacciones se multiplican. Cada 25 de noviembre será una espina en los corazones de todos los argentinos que esperaban cada 30 de octubre para festejar la Navidad maradoniana. Hace menos de un mes que había festejado su cumpleaños número 60 y el deseo de todos era el de una pronta recuperación, como incluso lo había expresado Marcelo Gallardo, uno de los tantos que siempre mostró su agradecimiento a Maradona. Pero este mediodía el corazón de Diego dijo basta.

AD10S, Diego.

¡Hasta siempre!

¡Gracias por el fútbol!