El Más Grande se prepara para afrontar un nuevo año repleto de múltiples desafíos y objetivos. La camiseta de River exige siempre y mucho más en el último tiempo. Los títulos y la gloria de los últimos años elevaron la vara de una manera considerable y cada vez que comienza una nueva temporada se renuevan las expectativas de seguir compitiendo y ganando, tanto en el plano local como en el internacional. Este 2023 no será la excepción.

La partida de Marcelo Gallardo generó un verdadero cimbronazo. Nadie, absolutamente nadie en el Mundo River, esperaba que el DT más ganador de la historia reciente pegara el portazo para poner fin a un ciclo de ocho años y medio llenos de alegrías. El 2022 fue un año irregular y de rearmado luego de un par de mercados de pases movidos, con muchas incorporaciones y caras nuevas. Pero el equipo nunca se pudo acomodar en la cancha, el Muñeco no le encontró la vuelta al funcionamiento y sintió el desgaste de estar tantos años a tope al frente de un club que no se conforma con lo ya logrado y siempre va por más.

 

Como sucedió en 2014 con Gallardo, el nuevo entrenador de River fue presentado en vísperas de una Copa del Mundo que, a diferencia de aquel invierno, esta vez alteró el calendario y la planificación del cierre de año. Por esta razón River comenzó la pretemporada en diciembre, fraccionó las semanas de entrenamientos en tres etapas y empezó a trabajar sin varias de sus figuras, entre ellas Franco Armani y Nicolás De La Cruz, los dos jugadores que participaron del Mundial en Qatar con las selecciones de Argentina y Uruguay.

Mientras tanto, Martín Demichelis se reunió infinidad de veces con los directivos y especialmente con la Secretaría Técnica para diseñar el armado del plantel para la temporada que se viene. En un contexto difícil, en medio de una Copa del Mundo que parecía frenar cualquier movimiento de mercado, River aseguró dos regresos muy esperados: Matías Kranevitter e Ignacio Fernández. La mala fortuna quiso que el tucumano sufriera una fractura de tobillo en el primer amistoso del nuevo ciclo, pero los cálculos optimistas apuntan a recuperar al volante central para el inicio de la Copa Libertadores. Por su parte, Nacho ya forma parte de los entrenamientos y quienes lo evaluaron lo vieron muy bien desde lo físico y con muchas ganas de volver a defender la banda roja.

 

Las llegadas de Kranevitter y Fernández no son casos aislados sino que forman parte de una política de refuerzos que tiene dos ejes centrales: apostar fuertemente por los jugadores que ya vistieron la camiseta de River y por futbolistas de jerarquía probada. Si el apuntado reúne las dos condiciones, muchísimo mejor. Y en esa búsqueda se encuentra el club de Núñez, que en las últimas semanas sondeó, preguntó y averiguó condiciones por varios protagonistas capaces de cumplir con ambos requisitos.. Hubo algún intento por Lucas Alario, que agradeció la propuesta pero decidió una vez más continuar su carrera en Europa. Algo similar ocurrió con Nicolás Otamendi, que luego de la obtención de la Copa del Mundo tendría decidido jugar unos años más en el Viejo Continente antes de regresar al país para cumplir su sueño de vestir el Manto Sagrado.

Los sondeos por Alario y Otamendi no fueron ni serán los únicos. En la mira de River aparecen varios futbolistas que terminan su contrato a mediados de 2023 y que en Núñez entienden, con cierto optimismo, que podrían regresar al club para reforzar el plantel y apuntar de lleno a la Copa Libertadores una vez finalizada la fase de grupos. Manuel Lanzini y Roberto Pereyra son los nombres que encabezan esa lista. También están Ramiro Funes Mori y Gonzalo Martínez, un poco más atrás. Tampoco pierden la esperanza por Sebastián Driussi, que si bien tiene contrato hasta diciembre de 2024, siempre aparece como una opción. 

 

En muchos de estos casos el operativo seducción ya está en marcha. La idea de repatriarlos, armar un plantel con experiencia y rodear a los futbolistas consagrados con las jóvenes promesas que vienen subiendo de las divisiones juvenies es la visión que comparten tanto los directivos como el flamante entrenador. La vuelta de los ex dependerá de muchos factores, especialmente familiares y económicos. La gran mayoría deberá privilegiar el aspecto deportivo por encima de todo lo demás. Es la gran apuesta del Millonario para lo que viene. Es el pleno que se juega River para el 2023.