Te veo jugar, y se me viene la imagen de Pisculichi a la cabeza. No porque tengan las mismas características. Tampoco porque patees los tiros libres como los dioses. Pero sí por el talento increíble y, sobre todo, por el sentido del oportunismo. ¿Sabés la cantidad de talentosos como vos que pasaron por Núñez sin pena ni gloria? ¿Que no pudieron absorber la presión? ¿Que se achicaron en la primera de cambio? Pero vos llegaste indudablemente preparado para semejante desafío. Para que ese pleno 100% Gallardesco que significaba apostar a vos, como también pasó con Piscu, salga a la luz en la primera bola que giró la ruleta.

Llegaste a formar parte de la noche a la mañana de ese grupo de elegidos que tuvieron la capacidad de deslumbrar desde el primer día que se ponen la camiseta más pesada del país. Con la misma facilidad con la que se le roba la sortija al calesitero que ya tenía pensado entregártela de antemano. Desde el primer partido que entraste desde el banco encontrando soluciones para desequilibrar y mostrar tu presencia, hasta el último que jugaste hace poco siendo titular indiscutido e irreemplazable, donde una y otra vez pusiste todos los recursos técnicos que te convierten en un distinto a la altura del equipo.

El plantel de River tiene varios nombres de jerarquía absoluta, pero son contados con los dedos de una mano los que pueden ser calificados con el adjetivo de distintos. Aquellos que marcan la diferencia de verdad como lo hacés vos en cada uno de esos frenos ilegibles para el rivel mientras traés la pelota dominada en velocidad con cualquiera de los dos perfiles. Ese cambio de ritmo de 100 a 0 para engañar es propio de los elegidos, de los distintos. Porque el arte de la gambeta es solamente para unos pocos.

Me tranquiliza saber que, pese a algunos rumores que anduvieron dando vueltas, el fútbol brasilero no te resulta más tentador que el hecho de seguir buscando gloria con la camiseta de River. Sigamos caminando juntos, Matías. De la mano de tus gambetas con la pelota pegadita al pie. De esos desbordes indescifrables. De esos pases sacados de la galera. El futuro siempre puede ser sumamente encantador de la mano del Muñeco, hasta convertirlo en algo más elevado que este presente merecido y soñado que traés en el equipo. Es un placer que te hayas cruzado en nuestros caminos, y ojalá lo puedas coronar con tu primera Libertadores. Porque un jugador de tu talla la merece de pies a cabeza.