Fue muy difícil reemplazar a Marcelo Barovero en River. Un año y medio estuvo a la deriva el arco hasta que Franco Armani arribó en enero de 2018. La huella que dejó fue muy grande y le permitió ser una voz autorizada para opinar sobre el club o ser consejero de los juveniles de la institución de Núñez.

El arquero del Monterrey (México) participó del ciclo de charlas denominado "Volver a los orígenes" durante más de una hora. A través del sistema Zoom, compartió secretos del puesto, experiencias y un mensaje claro: "Cuando te viene la oportunidad de un club grande no hay que dejarla pasar".

"Siempre fui de no poner muchas excusas, de no dejar de entrenarme, por más que esté en situaciones de parate o esperando a qué equipo iba", explicó Trapito, en diálogo con los arqueros de las Divisiones Inferiores de River.

¿Qué les dijo a los pibes? "Ustedes están ahí para cumplir un sueño. Sé lo que sienten, lo que van masticando y aprendiendo día a día y lo que anhelan y las dudas que se les pueden presentar por diferentes circunstancias. Porque no juegan, porque se lesionan, porque nos tocó perder. En definitiva, la fórmula para llegar nadie la tiene, solamente es aferrarse a lo que se desea, al sueño, a darlo todo. A cada día saber y tener la tranquilidad de que algo hicieron por cumplir ese sueño", recomendó.

 

Además, recordó su intervención clave en la revancha de la Copa Sudamericana 2014 contra Boca. "En River todos sabemos cuál fue la atajada que más me marcó: el penal a Gigliotti. Pero después en otras finales, en otras etapas definitorias, me tocó tener atajadas que por ahí no tienen el recuerdo. También, gracias a Dios, porque hemos jugado muchas cosas y nos ha tocado ganar mucho", manifestó.