Ningún hincha de River hubiera podido imaginar que, luego de su gran 2014 en el club donde fue muy importante para la obtención de dos títulos, la historia reciente de Carlos Carbonero podía llegar a ser tan alejada de los primeros planos. El colombiano no juega un partido oficial desde mayo del año pasado, pero por suerte pudo encontrar equipo: Llaneros de la Segunda División de su país.

Un gran paso por Arsenal, donde levantó tres títulos, lo catapultaron con 23 años al Millonario. Bajo la tutela de Ramón Díaz, el N°7 exhibió su mejor versión, conquistó un par de copas más y se ganó el cariño de la gente. Tan destacado fue su desempeño que José Pékerman lo convocó a la Tricolor para el Mundial de Brasil. En 2014, le dijo adiós al club de Núñez y cruzó el océano para dejar su huella en el Viejo Continente. Jugó en Cesena, de Italia, y tiempo después en Sampdoria, donde sufrió la rotura de meniscos en su rodilla derecha y de ahí en más predominaron las pálidas. Un año inactivo y el teléfono que no sonaba. Armó las valijas y volvió a Sudamérica para pasar sin pena ni gloria por Fénix de Uruguay, Cortuluá y Deportivo Cali, ambos de Colombia.

A siete años de su debut con la camiseta del Millonario (8 de agosto del 2013 frente a Gimnasia de La Plata de visitante), el volante firmó con un club de su país y volverá a las canchas. Con la ilusión de enrumbar su carrera y demostrar su potencial, defenderá el escudo de Llaneros, en el ascenso colombiano.

Carlos acumuló un total de 42 partidos oficiales con la camiseta del Millonario en los que convirtió ocho goles y levantó dos títulos: Torneo Final 14' y la Copa Campeonato 14'. Uno de sus tantos más recordados será el que le hizo a Racing en el agónico encuentro que el Más Grande ganó 3-2 con un penal atajado por Leandro Chichizola sobre la hora.