Leonardo Ponzio se caracterizó a lo largo de toda su carrera por ser una voz de mando. Además de cumplir a la perfección su tarea como mediocampista central -y en alguna oportunidad como un volante un poco más suelto, al lado de un cinco tradicional-, su rol nunca se limitó a lo estrictamente futbolístico. Su carácter y su personalidad lo transformaron en un líder innato, asumió la capitanía con mucha naturalidad y se convirtió de alguna manera en una suerte de entrenador dentro de la cancha.

La afinidad con el cuerpo técnico del Marcelo Gallardo y el final de su carrera como jugador hacían suponer que Leonardo Ponzio podía seguir vinculado a River desde ese lugar, como parte del equipo de trabajo del Muñeco, o bien cerca del fútbol profesional del club de Núñez, pensando en una posible sucesión a futuro. Sin embargo, el ex capitán del Más Grande aprovechó el inicio de esta nueva etapa para hacer todo lo que no podía hacer cuando era futbolista. Por el momento, lo único que lo vincula con el Millonario es su partido despedida, que se disputará el 21 de septiembre próximo en el estadio Monumental.

En una charla íntima con un grupo de socios denominado "Conocé a tu ídolo", el León habló su pasado, su presente y también su futuro. Y explicó puntualmente por qué todavía no se imagina como sucesor de Marcelo Gallardo: "De entrenador hoy no me veo. En los últimos tiempos me costaba ahí nomás concentrar. En la concentración trata de haber lo mismo que hacía en casa y renegaba, pero a la vez me sentía más protegido con mis compañeros porque en mi casa la cabeza iba a mil. El día a día para el entrenador es más exigente, es todo el día, programar, lo que vienen, tratar de que tus jugadores estén bien. Además tenemos un ejemplo que va a ser difícil de imitar, así que es mejor esperar un tiempo", reconoció el ex capitán del Más Grande, que sabe que la vara esta bien alta y va a ser difícil reemplazar a un DT de la talla del Muñeco.

El retiro y la ayuda de Sandra Rossi

Nunca es fácil sobrellevar el día a día en la máxima competencia, con todas las exigencias que tiene ser un futbolista profesional y jugar en un club con la trascendencia mundial que tiene River. Sin embargo, para el ex capitán del Más Grande, lo más difícil llegó cuando tuvo que colgar los botines. El propio contó cómo vive estos nuevos tiempos y de la ayuda que recibió por parte de Sandra Rossi: "Yo sentí un vacío. A nosotros como jugadores de fútbol nos organizan la vida, nos dicen cuándo entrenar, desayunar y comer, cómo descansar. Cuando me retiré, empecé a organizar mi vida y todavía no me acostumbro. Los primeros días fueron en pleno verano y tenía otra rutina. Después comenzó el colegio de los chicos, empiezan otras cuestiones y ahí tenés mucho tiempo libre. Sandra me dijo que hiciera una agenda con algunas actividades para poder ocupar la mañana", explicó Leo.