River perdió bastante fuerza en las acciones a balón detenido tanto a nivel ofensivo como defensivo. La explicación de Gallardo al respecto y los ejemplos que reflejan la situación.

El trabajo, el seguimiento de cada detalle y la sana obsesión por mejorar siempre son cualidades que caracterizan al cuerpo técnico encabezado por Marcelo Gallardo. El Muñeco hace del inconformismo una manera de potenciar permanentemente al plantel o al menos intentarlo. Analiza, prueba variantes y le dedica especial atención a diversos rubros del juego, entre ellos la pelota parada, un recurso que supo ser arma decisiva en los logros de la temporada 2014/15.

Sin embargo, las bajas por diferentes razones alteraron esa fortaleza temible de River en cada balón detenido. Por ejemplo, se fue un ejecutante de elite como Leonardo Pisculichi, pero también emigraron grandes cabeceadores como Ramiro Funes Mori, Gabriel Mercado y Germán Pezzella. Poco a poco ese recurso dejó de ser tan relevante a favor, más allá de que Gallardo suele disponer ensayos un día antes de cada partido. Tampoco los pateadores pudieron alcanzar el nivel de precisión que tenía Piscu.

Lo cierto es que dos registros recientes dejaron un saldo preocupante en materia de pelota parada. Ante Independiente, el Millonario tuvo 13 pelotas paradas a favor: dos tiros libres fueron empleados como remates, mientras que las 11 posibilidades restantes se llevaron a cabo mediante centros: River nunca pudo cabecear ni anticiparse en el área del Rojo. Ayer, en cambio, de ocho envíos, La Banda pudo primerear en tres, cifra razonable sabiendo que la ventaja es de quien necesita alejar el peligro. El Tatengue despejó en cuatro ocasiones y un lanzamiento se pasó de largo hasta ser lateral.

Si bien lo natural es que el equipo que defiende logre rechazar porque reúne más gente tanto en la marca personal como la custodia de los postes, así como también de mínima posee un hombre libre (Franco Soldano, en el caso de Unión) para prevenir cualquier riesgo, los balances mencionados en el párrafo anterior expusieron una falencia de La Banda. Gonzalo Montiel, Ignacio Scocco y Rafael Borré fueron quienes le ganaron de mano a los jugadores del conjunto santafesino, aunque sin éxito posterior.

De todas formas, lo que mayor alerta generó fue que River tan sólo logró contrarrestar tres de los nueve balones que Unión mandó al área en pelota parada. Javier Pinola, Scocco y el ingresado Jonatan Maidana impidieron que el peligro fuera mayor. Entre Soldano y el colombiano Yeimar Gómez Andrade provocaron varios dolores de cabeza e incluso resultó milagroso que ninguno de los intentos visitantes sirviera para abrir el marcador, alcanzar el empate o descontar la diferencia que obtuvo El Más Grande.

Consultado por La Página Millonaria acerca del tema, Gallardo evaluó lo ocurrido ante Unión: “Tenía que armar el equipo y sabía que íbamos a tener alguna problemática en defender alguna parada en contra. Por eso cuando pasamos a ganar empezaron a llover algunos centros y necesitaba a Maidana para que pueda responder porque estábamos en dificultad en base a estatura. Siempre trabajamos, pero a veces es verdad que no le sacamos el mayor provecho a la cantidad de faltas que nos cometen alrededor del área ni a la cantidad de córner que tenemos. Es un área al que no le estamos sacando provecho”.

Además, sobre el déficit con relación a su inicio de ciclo en River, Napoleón apeló con justa razón a las modificaciones: “Posiblemente el análisis que hayas hecho te da un resultado muy positivo en nuestro primer año porque realmente nosotros teníamos un potencial, jugadores de muy buenas características ofensivas y defensivas, sino que también teníamos muy buena calidad de pateadores. Después van cambiando los jugadores y las características”.

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