En una entrevista exclusiva con La Página Millonaria, Nacho resaltó la alegría que le genera vestir la camiseta del Más Grande luego de varios pases frustrados. Además, le agradeció a los hinchas por el cariño y, aunque ahora no le toca ser titular con tanta frecuencia, aseguró que está dispuesto a respaldar a los otros delanteros.

El destino parecía encaprichado en negarle la ilusión que lo acompañó desde chico. Más allá de estar plenamente identificado con Newell's Old Boys, Ignacio Scocco siempre tuvo el deseo de utilizar la banda roja. El arribo a River fue esquivo en varias oportunidades hasta que los planetas se alinearon en un momento inesperado, cuando el documento de Nacho ya acusaba 32 años.

Su partida del club rosarino fue con cierto grado de tristeza, pero también le dio una inyección anímica porque permitió el salto hacia Núñez. Sin embargo, el delantero, un hombre de palabra que cumplió con La Página Millonaria después de tener que postergar la entrevista por razones de tiempo, reitera una y otra vez que su último paso como profesional lo tendrá en la institución donde se hizo conocido. Aun así, no se tratará de su capítulo final en el fútbol porque la despedida definitiva está reservada para un lugar especial.

-Tenés contrato hasta el 30 de junio de 2020, ¿te imaginás terminando tu carrera en River, en Newell's o en otra liga?

-Yo siempre dije que a uno en el fútbol se le hace difícil planificar las cosas porque cambia de un momento para otro. Hay muchas cosas que no dependen de uno, pero uno siempre piensa en lo que puede llegar a pasar el día de mañana. Yo siempre dije que quiero retirarme con la camiseta de Newell's por todo lo que me dio el club y por todo lo que viví desde los 14 años. Viví 11 años de mi carrera en ese club, así que en mi cabeza está eso.

-¿Cómo estás llevando tu rol como presidente de Hughes FC?

-Es el club de mi pueblo, el club en el que me inicié como jugador de fútbol y acá, a la distancia, trato de apoyar, de estar, de involucrarme. Siempre lo hice, pero ahora desde más adentro, formando una comisión con mis amigos del pueblo. Trato de aprovechar contactos y gente para acercar al club. Ésa es mi función. Los que hacen el trabajo duro y desgastante a diario son mis amigos del pueblo.

-Tu deseo es que tu último paso como jugador profesional sea Newell's, ¿pero te imaginás jugando en la liga local para el club al que presidís?

-Sí, porque es un sueño que tengo el poder jugar en la Primera División del club de mi pueblo. Nunca lo pude lograr porque me fui cuando tenía 14 años. Sería muy lindo, es un sueño poder jugar con la camiseta del club de mi pueblo, con la gente del pueblo, en una liga amateur. La verdad que es algo que me ilusiona y que me gustaría poder conseguir el día de mañana. Es un club humilde, de pueblo, así que siempre será bienvenida la gente que pueda ayudar.

-¿Qué balance hacés de tu presente en River?

-En lo personal, uno siempre quiere jugar, siempre quiere estar. Después de la lesión (NdeR: el 16 de agosto sufrió un pequeño desgarro en el aductor derecho) me tocó volver al banco, pero son situaciones y cosas a las que estamos expuestos los futbolistas. Igual, creo que mi presente es positivo.

-¿Hay una pelea bastante competitiva en el día a día de tu puesto?

-Sí, en el caso de los delanteros todos tienen un buen nivel. No sólo es importante para River, sino también para el entrenador porque tiene variedad y sabe que va a rendir el delantero al que le toque estar.

-¿Qué te piden Gallardo y sus colaboradores en el ataque?

-Obviamente el delantero siempre vive del gol. Cuando uno no lo puede conseguir, tiene que tratar de asociarse en el juego con los volantes y el resto de los jugadores, tratar de tener una presión agresiva a la hora de recuperar la pelota y no dejar que los defensores rivales salgan fácilmente con la pelota.

-¿Te tocó que te pidieran esa función en otro club o no estabas tan acostumbrado?

-Sí, me ha tocado, obviamente eso siempre va a depender del entrenador. Normalmente uno siempre que tener un poco de agresividad a la hora de recuperar la pelota. Por ahí hay entrenadores que te piden la presión más arriba, otros la piden más atrás.

-Al principio te costó con Lucas Pratto en el ataque, pero en los últimos partidos se comprendieron futbolísticamente dentro del campo, ¿charlaron entre ustedes sobre los movimientos?

-Esas cosas obviamente se hablan, pero es más conocimiento con el compañero que otra cosa, dependiendo siempre de cómo venga la jugada, sabiendo que cuando uno sale el otro debe estar dentro del área. Cuando va pasando el tiempo, las cosas se van logrando y van saliendo mejor. Al principio, con cualquiera de los delanteros, no sólo con Lucas, había que hablar y tratar de que los errores en cuanto a funcionamiento fueran los menos posibles.

-Con River tenés 24 goles en 47 partidos oficiales, un promedio extraordinario, ¿por qué creés que por momentos hay veces donde no te toca estar entre los once habituales?

-Son cosas que van más allá del gol, dependen siempre de decisiones del entrenador. Uno como jugador siempre tiene que aceptar, obviamente. Cuando a uno no le toca jugar, debe apoyar al compañero. Cuando no me toca estar entre los once, no soy de ir a preguntarle al entrenador ni tampoco de poner mala cara porque cuando a mí me toca jugar, obviamente me gustaría que mis compañeros siempre me respalden y estén con buena cara, apoyando y alentando. Entonces, más allá de que uno siempre quiere jugar, tiene que tratar de ganarse de nuevo la confianza del técnico.

-¿Cuánto recordás el gol que le hiciste a Boca en la Supercopa Argentina?

-La verdad que será uno de los goles más recordados en mi carrera por lo que significó, por darle tranquilidad al equipo en un momento en el que veníamos ganando, pero con una diferencia corta cuando el partido estaba siendo parejo.

-Cuando llegaste a River, ¿qué te dijeron sobre lo que era jugar un Superclásico?

-La experiencia que tiene uno en el fútbol argentino hace que uno no se sorprenda. Yo venía de jugar el clásico de Rosario, que también es uno de los más pasionales de Argentina junto al Superclásico. Obviamente el Superclásico tiene una trascendencia más grande a nivel mundial y a nivel país.

-¿Te llamó Marcelo Gallardo para convencerte de jugar en River?

-Tuve la posibilidad de hablar con el entrenador. Eso es fundamental para un jugador, que el entrenador te llame y le diga la intención que tiene de contar con él. Es muy bueno para la confianza del jugador.

-¿Para vos qué significa la posibilidad de jugar en River?

-Tiene un significado en mi carrera por la edad que tengo, porque lo puedo disfrutar más. Me toca en un momento en el cual me siento bien y, obviamente, jugar en River es un regalo que me dio el final de mi carrera. Tenía 32 años cuando me tocó venir, así que lo estoy disfrutando y aprovechando la oportunidad.

-¿Por qué no pudiste llegar a River en otras ocasiones?

-Había tenido otras posibilidades en otros mercados de pases, pero por una cosa u otra siempre se terminó negando, no se terminó dando. En su momento, respeté los contratos en otros clubes, entonces fueron más difíciles las salidas. Yo siempre prioricé a Newell's, fui un agradecido por lo que me dio, me crié y me inicié ahí. Cuando estaba en Newell's, sabía que la posibilidad iba a ser difícil porque estaba cómodo.

-El hincha de River te tomó cariño rápidamente, ¿cómo es tu relación con la gente? ¿Por qué creés que te quiere tanto?

-Siempre le voy a estar agradecido al hincha de River por cómo me recibió, por cómo me trató y por cómo me trata. Apenas llegué, cuando me hicieron un par de preguntas, siempre dije que esperaba que el hincha de River me quisiera o me reconociera por lo que pudiera demostrar dentro de la cancha o por lo que pudiera llegar a decir delante de un micrófono. Vine con esa mentalidad, con esa intención. Desde el primer minuto me salieron las cosas como yo pretendía dentro del club. Siempre voy a estar agradecido por el reconocimiento de la gente y la confianza que un jugador necesita para poder rendir dentro de la cancha.

-Aunque la premisa es ir partido por partido, ¿qué evaluación hacés de Independiente como rival en la Copa Libertadores?

-Es un club que viene haciendo las cosas bien como equipo hace un par de temporadas. Es un equipo que se volvió a acostumbrar a estar en las copas y jugar en estas instancias. Va a ser un rival duro, con partidos muy parejos, duros y peleados. Se va a definir en detalles mínimos, así que seguramente van a ser partidos de mucha concentración.

-El año pasado te tocó hacer cinco goles en el 8-0 contra Jorge Wilstermann, ¿fue el mejor partido de tu carrera? ¿Fue el que más disfrutaste?

-Obviamente fue uno de los partidos más lindos de mi carrera porque era la primera vez que marcaba cinco goles en mi carrera. Los goles hacen que haya sido un partido más completo, pero seguramente he tenido mejores partidos y no se han reflejado con goles. Fue un combo perfecto el de ese partido con los cinco goles. No sé si va a ser el mejor partido de mi carrera, pero sí el más recordado.

-A partir de cuartos de final, nuevamente va a instalarse el VAR, ¿te genera alguna preocupación por la mala experiencia del año pasado?

-Yo creo que tiene sus cosas buenas y malas, como todo. Lo bueno es que no va a haber errores arbitrales. Los árbitros se pueden equivocar como cualquier ser humano, pero no va a haber fallos puntuales que determinen un partido. Si el VAR es bien utilizado, vamos a lograr eso. El lado malo que tiene es que se está frenando el partido, hay que esperar que el árbitro vaya... Pero bueno, por un lado te da eso y por otro lado te quita lo lindo que tiene el fútbol. Siempre y cuando sea bien utilizado, el VAR va a ser positivo.

-Jugaste en México, Grecia, Inglaterra, Emiratos Árabes Unidos y Brasil, ¿en qué se diferencia el fútbol argentino en relación con otras ligas?

-Yo creo que se diferencia en la pasión con la que el jugador argentino vive el fútbol, con la cantidad de buenos jugadores que tenemos en el fútbol argentino. Hay muy buenos entrenadores, muy capacitados. Yo creo que el fútbol argentino es uno de los más duros y difíciles de jugar por la capacidad física que tiene el fútbol argentino porque es muy táctico, muy fuerte y muy duro.

-Tan sólo jugaste un partido en la Selección Argentina, le hiciste dos goles a Brasil y nunca más tuviste una chance, ¿qué explicación le encontrás?

-Como digo siempre, son decisiones de los entrenadores de turno (NdeR: en aquel momento el técnico era Alejandro Sabella). Me tocó disputar ese partido, entré, convertí dos goles y luego metí el penal en la definición. En la Selección hay una cantidad importante de jugadores con buen nivel de mitad de cancha hacia adelante. Siempre alguno va a tener que quedar afuera.