River y Vélez jugarán el último amistoso de pretemporada con vistas al inicio de la Copa de la Liga Profesional del próximo fin de semana. Al igual que sucedió el sábado pasado con Ángel Labruna, el encuentro también servirá para homenajear a un gloria que pasó por los dos clubes y que dejó una huella imborrable en el Millonario: Juan Gilberto Funes. El perfil del goleador que apareció para darle al club su primera Copa Libertadores en 1986. 

El delantero nació en San Luis en 1963 y comenzó su carrera profesional con la camiseta de Gimnasia y Esgrima de Mendoza en 1983. Un año más tarde fue transferido a Millonarios de Bogotá donde fue figura y llamó la atención del Más Grande. En 1986 marcó ocho tantos en el primer semestre y River posó sus ojos sobre él para reemplazar a Enzo Francescoli para las semifinales de la Libertadores. 

El Búfalo, apodo que se ganó por su corpulencia y potencia física, fue clave en la primera conquista continental del Millonario. Jugó cinco encuentros de esa edición y marcó dos goles cruciales. Ambos fueron en las finales contra América de Cali, el primero como visitante y el segundo con una media vuelta inolvidable en el Monumental.  

Funes siguió con protagonismo en River y fue titular en la final Intercontinental en Japón de 1986. También jugó y se anotó en el marcador en la Copa Interamericana 1987, donde convirtió en la goleada 3-0 contra Alajuelense de Costa Rica. Sus buenos rendimientos le posibilitaron llegar a la Selección para la Copa América 1987 y ese mismo año fue transferido a Europa.

Su carrera en el viejo continente parecía extenderse después de sus paso por Olympiacos FC y Nantes, pero una revisión médica cuando estaba a punto de firmar con el Niza fue el primer llamado de atención: le descubrieron una afección cardíaca que hizo caer el pase. Por eso regresó a Argentina y se puso la camiseta de Vélez en 1989. En el Fortín disputó 25 encuentros y convirtió 12 tantos, aunque su cuadro clínico hizo imposible que siga jugando: tras unos estudios médicos fallidos cuando estuvo a punto de pasar a Boca en 1990, debió dejar el fútbol a los 26 años. 

El 11 de enero de 1992, luego de ser operado del corazón cinco veces en cuatro meses, murió con apenas 28 años. Su fallecimiento se dio en el Sanatorio Güemes, un par de horas después de una operación para reemplazarle la válvula aórtica. El futbolista sufrió una arritmia ventricular y un paro cardíaco que lo llevaron al deceso

La anécdota en la final de la Copa Libertadores

Alejandro Montenegro, campeón de América y el mundo que compartió equipo con el delantero, recordó la fortaleza mental y física del Búfalo en las finales contra el América de Cali. "Juan se desgarra el isquiotibial allá en Colombia, cuando llegamos a Buenos Aires imaginate, la pierna de Juan eran dos mías, tenía una musculatura tremenda. Estaba prácticamente descartado para la final, con el Tolo Gallego fuimos a un médico acupunturista allá por San Isidro, se llamaba el doctor Pratta, en aquella época se usaba mucho la acupuntura en las orejas, se tocaba el nervio. Juan tenía la pierna llena de sangre, era imposible que pudiera jugar, pero igualmente jugó y lo hizo de esa forma”, reveló en una entrevista con el podcast de La Página Millonaria

El recuerdo de los ex compañeros

"¿Qué te puedo decir de Juan como persona? Se fue una persona muy joven, muy buena, muy humilde, hoy en el grupo de los campeones del 86 lo tenemos a su hijo Juan Pablo", agregó Montenegro y contó que el Juan Pablo, el hijo de Funes, es parte del grupo de campeones del 86 como homenaje.

Además, otro ex compañero como Patricio Hernández lo calificó "un loco" y confesó que una vez lo apuntó con un arma al propio Norberto Alonso