River no tuvo un buen andar ante Atlético Tucumán y el fiel reflejo del mal funcionamiento del equipo fue el semblante de Marcelo Gallardo, que vivió el partido al borde de la línea de cal con mucha intensidad. Además de las indicaciones habituales, el Muñeco fue enérgico a la hora de tratar de corregir errores y endererzar el camino de sus dirigidos en el estadio Monumental.

A pesar del flojo primer tiempo del Más Grande, a los 44 minutos tuvo la chance de ponerse arriba en el marcardo luego de una buena habilitación de Julián Álvarez para Matías Suárez, que fue derribado dentro del área y Tello sancionó penal. Antes de la ejecución de Enzo Fernández, el Muñeco dio una indicación muy particular: “Que patee el 9, que patee Julián”. El entrenador pretendía que el Araña corte la sequía goleadora y agarre algo más de confianza, pero los futbolistas desoyeron la orden y terminó convirtiendo Enzo Jr.

 

A los 10 minutos del complemento, el DT del Millo tuvo otra reacción enérgica luego de un cambio de frente de Agustín Palavecino que salió por el lateral opuesto. El destinatario del enojo fue Andrés Herrera: “¡Que no pique, que no pique!”, fue el grito de técnico para al lateral, visiblemente enojado por la mala resolución de la jugada por parte del ex San Lorenzo. Hasta terminó dándole una palmada sobre la espalda. Un partido con pocas pulgas para el Muñeco, que se fue enojado tras el empate con sabor a muy poco ante Atlético Tucumán.