Federico Girotti está cumpliendo el sueño del pibe en su máxima expresión. El pibe de 21 años oriundo de Acassusso disfruta y aprovecha a pleno la posibilidad que le entregó Marcelo Gallardo post parate por la pandemia para formar parte permanente del plantel profesional, y él le devolvió la confianza con el trabajo duro del día a día y también empezó a pagar el esfuerzo con goles, como ocurrió el sábado por la noche en Mendoza tan solo un minuto después de haber ingresado a la cancha contra Godoy Cruz para darle el triunfo al equipo.

Hace 10 años puso por primera vez un pie dentro del club de sus amores en edad de infantiles, y así comenzó a escribir su historia con River. Y tal como confesó en el post partido ante el Tomba, el paso del tiempo lo fueron transformando en un centrodelantero más completo e integral, donde no solo pase la terminación de la jugada por su cabeza, sino también el juego colectivo."Cuando estaba en Inferiores sólo me conformaba con el gol, pero luego me dí cuenta que hay que estar, que hay que dar una mano, y a eso apunto", sostuvo el pibe muy emocionado en Mendoza, disfrutando su gran presente.

 

Pero su desarrollo para llegar adonde está fue largo y laborioso. Girotti se consolidó como un goleador nato en Inferiores en muchos partidos importantes. "La idea es aprovechar cada pelota como si fuera la última. Manejo bien los dos perfiles y soy rápido para ser un centro delantero, y por supuesto, vivo siempre del gol", manifestaba el pibe que no paraba de crecer y que por esos grandes antecedentes en la cantera llegó rápido a jugar a Primera.Pero luego de su tan ansiado debut ante Patronato a comienzos del 2019, tuvo un pequeño bache en la consideración del Muñeco y hasta llegó a jugar algunos partidos nuevamente en Cuarta División. "Cambio su cabeza cuando bajó de Primera a Cuarta, y sin lugar a dudas eso le sirvió para poder estar donde está", sostuvo Gabriel Perrone ( quien fue su entrenador en dicha categoría) en diálogo con "Como te Va. Y a partir de allí todo fue en ascenso mediante un trampolín donde el techo cada día parece más lejano.

Pero las pasiones de Girotti en la vida no pasan solamente por River y por el fútbol, sino también por los aires. Es que Fede estudió un tiempo para ser piloto en la ciudad de San Fernando y mata algunos de sus tiempos libres andando por los cielos de Buenos Aires. "Mi fanatismo por los aviones viene desde chico, por mi abuelo y mi papá. Me llevaban a ver los aviones a Aeroparque. Siempre había soñado con volar, y estoy seguro que si no hubiese tenido la chance de ser futbolista, habría sido piloto", comentó el pibe en una entrevista a Clarín hace algún tiempo.

Desde lo contractual, River lo tiene sellado hasta mediados del 2022 y con una cláusula de rescisión tasada en 20 millones de euros, con el objetivo de evitar algunas ofertas tentadoras desde Europa como la que rechazó el propio futbolista por parte del Torino italiano a comienzos de este 2020. Porque tanto él como el club pretenden que esta sea una historia para rato y con mucho camino por recorrer con la banda roja.