A partir del 30 de junio próximo, River tendrá un dilema central pensando en el segundo semestre del año. La finalización de contrato de Rafael Borré generará en el plantel de Marcelo Gallardo un hueco difícil de completar y, si bien la idea de River es ofrecerle un nuevo contrato al delantero colombiano una vez que quede en condición de libre, las chances de competir ante ofertas del extranjero se reducen a la mínima expresión.

Es por esto que el Muñeco ya baraja en su cabeza posibles alternativas, como ya reconoció hace unos meses las charlas avanzadas con Sebastián Driussi, quien es otro que la tiene complicada para ponerse la banda roja para la segunda parte del año porque desde el Zenit piensan tenerlo en cuenta y no ven con buenos ojos la posibilidad de un préstamo a nuestro país.

Entonces surgió un tercer nombre en discordia: ni más ni menos que Lucas Alario, otro viejo conocido de la casa y del entrenador. El Pipa vivió dos años completos en el club, con un saldo impresionante de 41 goles en 82 partidos oficiales, y fue protagonista directo con sus anotaciones en cada una de las vueltas olímpicas que consiguió, convirtiéndose hasta la temporada pasada en el máximo goleador del ciclo Gallardo, hasta que fue superado por Borré-

Las razones que lo acercan a Alario a River

El primer gran filtro para todo futbolista que quiera ponerse la banda roja en estos últimos siete años es indudablemente el contacto con Gallardo, y en este caso ya existió un llamado entre ambos para conocer el cuadro de situación y para dejar bien en claro el interés del DT de River. El otro escenario favorable pasa por la proximidad del Mundial de Qatar, donde Alario todavía no tiene un lugar ganado de manera concreta dentro de la base habitual de la Selección Argentina y un regreso a Núñez le brindaría más continuidad para mostrarse y la posibilidad de sumar los minutos necesarios desde todo punto de vista. 

Las razones que lo alejan de River

Las trabas principales aparecen desde el factor económico. River no tiene la posibilidad de competir con los grandes contratos y salarios que se pagan en Europa o cualquier mercado del viejo continente o del mundo. Asimismo, su situación contractual en el Bayer Leverkusen resulta otra gran piedra en el zapato a la hora de una posible negociación, ya que su vínculo finaliza a mediados del 2022 y eso imposibilita la chance concreta de un préstamo por un año o 18 meses, ya que primero debería renovar por un tiempo más con los alemanes para no quedar libre ante cualquier posible cesión a otro club. Sumado a que en estos tiempos suena utópico que River pueda dar el golpe poniendo sobre la mesa una oferta de compra concreta que pueda satisfacer a los alemanes.