Es prácticamente imposible. Hay dos factores fundamentales que hacen utópico una movida revolucionaria y que patearía el tablero de los poderosos que mandan en el fútbol continental y toman decisiones sin importarle cuanto repercute en el hincha común.

En los últimos días, muchoshinchas de River y de Boca debatieron e imaginaron un escenario idílico en el que ambos clubes acuerden como protesta no presentarse en el Santiago Bernabéuy dejar, de alguna manera, la Copa Libertadores vacante.

Pero esto no parece víable. Primero porque luego del fallido ‘pacto de caballeros’ suena imposible que vuelva a haber credibilidad entre ambas dirigencias. ¿Cómo reestablecer la confianza luego de la traición sucedida post 24 de noviembre?

Y por otro lado, la causa principal que derrumbaría esta cruzada es la fuerte sanción que implicaría plantar a la Conmebol en la final de la Copa Libertadores. No presentarse en la Superfinalprovocaría la suspensiónpara disputar torneos organizados por la Confederación Sudamericana de Fútbol por 5 años.

Esto significaría, además de las fuertes pérdidas económicas, la desaparición en el terreno competitivo mundial para ambos clubes. Algo sin precedentes y que llevaría muchos años para recuperar el lugar perdido. También, el costo político que deberían afrontar D’Onofrio y Angelici caería específicamente sobre sus hombros.

Desde la indignación, el denominador común de la gente conlleva a de una vez por todas frenar la atropellada de Conmebol y FIFA, “arruinar” el negocio quitándoles la presencia de los dos clubes más importantes de Argentina y del continente. Pero lo cierto es que esa decisión desembocaría en consecuencias nocivas para el futuro de ambas instituciones.