Llegó el 29 de julio del 2015. La ida de la final de la Copa Libertadores comienza en horas y ya no hay tiempo de cábalas, planes o ideas. La esperamos durante años, y acá estamos. Vamos River, es hoy.
Martes por la noche. Cena tranquila, miro un poco de televisión y a la cama. Mañana es el día. El día que esperamos 19 años. ¿Cómo lograr dormir con tremendo acontecimiento al caer?
2 am. Ya es miércoles y sigo dando vueltas en la cama. Es hoy. No me puedo dormir. Encima en un rato “arranca” el día y hay que ir a laburar. Pero a la noche juega River. River juega “EL” partido. Voy por un café, hay que serenarse, hay que dormir para vivir el miércoles como un día más.
No. No hay caso, no es un día más. ¿A quién le quiero mentir? Con todas las que nos pasaron, vimos cómo nos vaciaron el club, tropezamos fuerte, demasiado fuerte, resurgimos, te eliminamos, ganamos la Sudamericana, nos tiraste gas pimienta, te eliminamos (no estoy repitiendo esto por error, “2 veces en 6 meses”), y acá estamos. Pasaron 19 años y la vida nos pone a dos partidos de la gloria máxima, y yo pretendo decir “hay que vivir el miércoles como un día más”. Iluso.
Listo, no logré dormir. Arrancó el día y en todos lados se habla de una cosa sola. La final de la Copa Libertadores, y mientras ellos la miran por televisión, nosotros la vamos a jugar. Todos juntos. Como venimos haciéndolo hace rato, mientras ellos “se juegan la vida” un ratito antes en la Copa Argentina. ¿Ironía de la vida? No, las cosas como son, yo juego la final de la Copa, vos andá a Formosa a jugar contra Banfield.
Y ya está, faltan menos de seis horas para que suene el silbato que de inicio a la fase final de esta hermosa Copa. Ya no tengo uñas y el corazón me late como si estuviera en una maratón cuando en realidad estoy sentado enfrente de una computadora, y cada vez que escribo “hoy jugamos la final” tiemblo como un idiota.
¿Por qué no me gustará el golf, o algún otro deporte menos pasional? Dos segundos tardé en contestarme. Porque más que el fútbol, me gusta River. River es parte de mi, y hoy, cuando esos once jugadores estén dejando la vida por los colores, voy a estar yo, vas a estar vos, vamos a estar todos metiendo, sufriendo, deseando por los mismos colores. ¡Vamos River carajo!
+ La obsesión de todos:
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