Enzo Pérez es el corazón y la brújula de River hace varios años. Su sabiduría, inteligencia y técnica para jugar lo convirtieron en una de las banderas del equipo y en uno de los mejores jugadores del fútbol argentino, rótulo que defiende cada fin de semana en cada partido. En la noche que el Millonario cayó ante Atlético Mineiro por la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores, el mendocino vivió dos sensaciones encontradas.

El volante central disputó su partido número 80 en la Copa Libertadores y se convirtió en uno de los cinco jugadores argentinos con más encuentros jugados en la competencia, igualando en la tabla a Carlos Tévez. ¿Quiénes quedan por delante? Un viejo compañero como Lucas Pratto, con 81; Clemente Rodríguez, con 82; Agustín Orión, con 85; y Andrés D'Alessandro, en la cima con 95 presencias en la Copa.

La otra cara para Enzo Pérez fue la amarilla que vio sobre el final del partido y que lo deja afuera de la revancha del próximo miércoles en Brasil. El mendocino acumulaba dos tarjetas y por eso la bronca que se reflejó en su cara cuando el árbitro le sacó la tarjeta porque sabía que significaba perderse el encuentro en el que River intentará dar vuelta la historia y avanzar a la semifinal de la Copa.