Enzo Francescoli se retiró del fútbol hace 22 años, pero su legado con la camiseta de River está más vivo que nunca. El uruguayo dejó una huella imborrable dentro de la cancha y la continuó con su trabajo como mánager. El amor de los hinchas es incondicional a pesar del tiempo e incluso sorprende al propio protagonista: el Príncipe reconoció que todavía se asombra por lo que genera en la gente. 

137 goles en 236 partidos y 7 títulos (entre ellos la Copa Libertadores 1996 y el Tricampeonato 1996-1997), le sobraron para marcar a toda una generación. Una muestra de ello es testigo en el actual plantel de River: tanto Enzo Pérez como Enzo Fernández tienen sus nombres en homenaje a Francescoli. La lista de futbolistas bautizados como el Flaco excede al Millonario por casos como Enzo Copetti y Enzo Zidane (el hijo de Zinedine). 

En una entrevista con el podcast Ligas Mayores de Magui Aicega, el uruguayo recordó su partido despedida en 1999 y reveló lo que lo sorprende del cariño que recibe hasta hoy. "Tuve un reconocimiento en vida como pocos tienen. De toda la gente que te quiere, el hincha. Eso fue único. Pero lo que más me llama la atención es hoy. Me llama la atención que hoy todavía la gente me siga, la cantidad de chicos que tienen mi nombre, muchas cosas que ni yo las creo", explicó. 

Enzo sostuvo que esa idolatría "es fuerte" y "está buena", siendo lo más importante que quedó de su carrera. "Creo que es lo más grato que me llevo. Después ganar o perder para mí, futbolísticamente hablando, ya quedó en el pasado", añadió. 

La elección de Gallardo y el trabajo del Muñeco

"El mérito real es de Marcelo Gallardo. Él ha logrado en todos estos años generar algo en el club importantísimo. Desde los resultados y el juego, que todos lo conocen y están a la vista, y lo que menos conoce la gente: el manejo del vestuario, involucrarse en las inferiores del club, involucrarse con los predios y en el club", aseveró acerca de la gestión del entrenador en sus siete años en la institución. 

El rol que ocupa como mánager

El Príncipe también respondió si alguna vez sintió ganas de meterse en el armado del equipo o ayudar en cuestiones tácticas. "Siempre dan ganas, pero yo no soy un hincha ni soy uno más en el club, entonces tengo que tener mi lugar. Creo que fue una cosa que hoy con 57 años estoy orgulloso. Puedo mirar a todos los que laburé porque siempre me ubiqué en mi lugar. Entiendo que el mánager debe estar al margen de lo técnico-táctico", sentenció.