El próximo domingo en Avellaneda se dirime mucho más que una nueva edición del clásico entre el Rojo y el Millonario. Con planteles acotados y un presente a los tumbos, ambos pugnarán por mejorar -o al menos mantener- el promedio que los agobia. Y lo harán casi en igualdad de condiciones, porque a ninguno le sobra nada.
Asímismo lo reflejan las apuestas para ese partido, en el que -según el portal Bwin– Independiente paga 2,30 por cada peso apostado, mientras que River y un eventual empate pagan 2,95. O sea, una paridad que bien podría entenderse como la realidad que atraviesan estas instituciones. Lejos de aquellos años en los que representaron al paladar negro del fútbol argentino, tanto el Rojo como el Millonario hoy sólo generan incertidumbre.
Quizá, el leve favoritismo que se inclina sobre Independiente sea producto de la reciente consagración del conjunto de Avellaneda en la Copa Sudamericana 2010. Pero los dos empates con los que arrancó el presente Clausura no invitan a confiarse demasiado.
Lo mismo por el lado de River. Cambios más, cambios menos, el equipo de Juan José López no puede ocultar un gran déficit que -a diferencia de la confianza- no se subsana con el correr de los partidos, y es la jerarquía.



