La mañana del viernes 20 de marzo no sólo quedará grabada por el comienzo de la cuarentena obligatoria en toda la Argentina, sino también por el fallecimiento de Amadeo Carrizo. A los 93 años, el ídolo de River murió luego de varios meses con un delicado estado de salud.

 

A un mes y dos días de aquella jornada triste, el cuerpo del ex arquero de River permanece en el depósito de una sala velatoria de Villa Devoto, el barrio  porteño donde residía. Sin la posibilidad de hacer un funeral ante la situación de aislamiento que dispuso el Estado para controlar la expansión del coronavirus, hay que esperar hasta que la medida se levante.

Mientras tanto, la dirigencia de River ya tiene previsto el homenaje que deseaba Amadeo para la circunstancia: su ataúd recorrerá la pista de atletismo del estadio Monumental en un emotivo acto y después será trasladado hasta Rufino, provincia de Santa Fe, la tierra natal del Presidente Honorario de la institución de Núñez.

Carrizo surgió de River en 1945 y estuvo hasta 1968. Jugó 551 partidos oficiales y ganó siete títulos. Impulsor de varias de las características de los arqueros actuales, su nombre quedó en el recuerdo eterno de los hinchas.