No fue un partido más para él. Cuando Felipe Peña Biafore apoyó anoche la cabeza en la almohada, probablemente sintió una mezcla de sensaciones bastante particulares: felicidad por el triunfo de su equipo Arsenal y cierta amargura o nostalgia por haber tenido que festejar en el patio de su casa, el Estadio Monumental. Pasaron solo unas semanas desde que el volante salió a préstamo al equipo de Sarandí, se comió la cancha en Nuñez y le amargó la noche al club de su vida.
“Es una sensación rara, estoy desde los 11 años. River es mi segunda casa, vivo cerca del club, venía a la pileta.Fue una situación rara pero estoy contento por el triunfo nuestro. Estaba con un poco de ansiedad, la cabeza es la que manda. La idea era tratar de sentirme tranquilo, todo el equipo jugó con templanza en una cancha complicada”, le dijo Feli a ESPN una vez terminado el partido.
Con los equipos ya en los vestuarios, Felipe, a quien se lo notó algo compungido en la nota que dio con la transmisión, se tomó unos minutos para sacarse foto con los hinchas del Más Grande. Sí, varios plateitas ubicados en la Belgrano baja inferior lo vieron cerca, le pegaron un llamado y el oriundo de Pehuajó se acercó con la mejor predisposición para dejarles un lindo reduerdo a todos esos simpatizantes.